La frialdad de la víctima
No se dio cuenta que estaba siendo perseguida. Había sacado varias veces su celular para contestar algunos mensajes y para ver la hora. Como las calles estaban solas y el autobús que la llevaría a casa estaba tardando mucho, decidió caminar, sin percatarse que era observada por alguien.
=<:I:>=
En la zona más oscura y desolada, apresuró el paso. Algunos perros ladraron como señal de que algo malo estaba en el ambiente. Sin mirar hacia atrás, la muchacha apretó su cartera y empezó a correr. Aquella era una forma de salir lo más pronto posible de aquel túnel hecho de paredes viejas y rotas.=<:I:>=
Corría cuando de repente sintió que un brazo masculino la rodeaba con fuerza y una mano le tapaba la boca. Forcejeó, pero el hombre la arrastró violentamente para la zona más apartada y llena de escombro. Allí la pegó contra la pared y la aprisionó con su cuerpo. La muchacha lo miró directamente a los ojos y se quedó quieta.=<:I:>=
El hombre, extrañado con esa reacción, intentó que la muchacha tuviera miedo, pero ella lo miró fríamente a los ojos y hasta abrió las piernas. El hombre se apartó y la muchacha lo miró con lástima, con orgullo y hasta con tristeza. Sin decir o hacer nada, el hombre dio la vuelta y se alejó. La muchacha respiró profundo: temblaba, mientras las lágrimas salían y la hacían sentir una hoja en un charco.
En la zona más oscura y desolada, apresuró el paso. Algunos perros ladraron como señal de que algo malo estaba en el ambiente. Sin mirar hacia atrás, la muchacha apretó su cartera y empezó a correr. Aquella era una forma de salir lo más pronto posible de aquel túnel hecho de paredes viejas y rotas.
Corría cuando de repente sintió que un brazo masculino la rodeaba con fuerza y una mano le tapaba la boca. Forcejeó, pero el hombre la arrastró violentamente para la zona más apartada y llena de escombro. Allí la pegó contra la pared y la aprisionó con su cuerpo. La muchacha lo miró directamente a los ojos y se quedó quieta.
El hombre, extrañado con esa reacción, intentó que la muchacha tuviera miedo, pero ella lo miró fríamente a los ojos y hasta abrió las piernas. El hombre se apartó y la muchacha lo miró con lástima, con orgullo y hasta con tristeza. Sin decir o hacer nada, el hombre dio la vuelta y se alejó. La muchacha respiró profundo: temblaba, mientras las lágrimas salían y la hacían sentir una hoja en un charco.
Me gustó la historia, la valentía de la chica es como si ya se hubiese imaginado en una situación similar y habría planeado su reacción. Fue como un reflejo para el agresor que vio parte de sí en su víctima y se tuvo miedo.
Bravo!! Me gustó tu análisis: solo nosotras, las mujeres, sabemos el tamaño de ese miedo. Gracias por hacer este comentario.
Gracias a ti por compartir la historia, me hizo pensar en muchas cosas.
Tu historia tiene una fuerza narrativa impactante, sorprendente. La actuación de la chica está planteada de un modo muy efectivo, pues no solo produce la reacción en el atacante, sino incluso en el lector crea una cierta perplejidad. Saludos, @nncybriti.
Esa es la intención: descolocar al atacante, quien, tal vez, siempre disfruta del miedo de la víctima. Agradecida siempre por vuestro apoyo, amigos. Abrazos
Estupendo post.
Un personaje de carácter.
Felicitaciones.
Muchas gracias por tu lectura y comentario. Saludos
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