Un relámpago perpetuo
¿Quién lo hubiese dicho que muchísimos años más tarde, en su lecho de muerte, él todavía estaría recordando aquella noche en la que fue derrotado por el miedo? Aun en su último suspiró, revivió el momento en el que aquella niña fue iluminada por un rayo en mitad del pavimento.
=<:8:>=
Él era un joven de esos que beben y pierden la noción del tiempo. Aquel día no había sido la excepción: había salido de farra con sus amigos desde muy temprano. Sin saber cómo ni por qué, se habían instalado en la casa de unos conocidos que quedaba en las afueras de la ciudad. Los cigarros se acababan, también el licor y el hielo. Todos estaban borrachos, pero él decidió salir a buscar provisiones.=<:8:>=
Llovía torrencialmente. Él puso música mientras recorría el asfalto mojado. No iba rápido, tampoco lento. A esa hora, por aquella zona y con aquel tiempo, eran pocos los automóviles. Con los vidrios arriba y algo empañados, siguió tarareando la pieza musical que sonaba en ese momento.=<:8:>=
De repente, apareció una niña y un perro en la vía. Aunque intentó frenar y esquivar, sintió que el carro chocaba con algo. El miedo heló sus huesos y en vez de detenerse, aceleró el vehículo. ¿De dónde habían salido? ¿Eran reales? Su mente empezó a bombardearlo con pensamientos. Cuando llegó a casa, miró el parachoque: no había sangre. ¿La lluvia la había limpiado?, pensaba aun en su lecho de muerte.
Él era un joven de esos que beben y pierden la noción del tiempo. Aquel día no había sido la excepción: había salido de farra con sus amigos desde muy temprano. Sin saber cómo ni por qué, se habían instalado en la casa de unos conocidos que quedaba en las afueras de la ciudad. Los cigarros se acababan, también el licor y el hielo. Todos estaban borrachos, pero él decidió salir a buscar provisiones.
Llovía torrencialmente. Él puso música mientras recorría el asfalto mojado. No iba rápido, tampoco lento. A esa hora, por aquella zona y con aquel tiempo, eran pocos los automóviles. Con los vidrios arriba y algo empañados, siguió tarareando la pieza musical que sonaba en ese momento.
De repente, apareció una niña y un perro en la vía. Aunque intentó frenar y esquivar, sintió que el carro chocaba con algo. El miedo heló sus huesos y en vez de detenerse, aceleró el vehículo. ¿De dónde habían salido? ¿Eran reales? Su mente empezó a bombardearlo con pensamientos. Cuando llegó a casa, miró el parachoque: no había sangre. ¿La lluvia la había limpiado?, pensaba aun en su lecho de muerte.
Duro cargo de conciencia llevado hasta el fin de sus días. La ambigüedad del final del cuento se corresponde con esa indeterminación de lo ocurrido. Buen logrado tu relato, @nancybriti. Un abrazo.
Justamente quise jugar con ese final abierto: con la misma incertidumbre del personaje. Abrazos para ti, @josemalavem.
Seremos recordados por lo que no pudimos hacer.
Tu post me recordo esa frase, bastante bueno.🤠
Muchísimas gracias por esa cita , por tu lectura y por tu comentario! Saludos