No existe nada que espante más rápido a la inspiración, que la ansiedad del poeta. A través de los años he aprendido a tener paciencia, a escribir desde la espera lúcida. Cuando uno comprende eso, el poema nace por si solo, como las flores.
Frecuentes son
las derrotas del poeta,
las sorpresivas desviaciones
de su discurso
(Animal salvaje es el palabra,
fiel a los terrenos inhóspitos,
y arremete
ciega de ira,
contra los incautos escribientes)
Pero he aprendido
el valor de la caída,
a medrar desde el suelo,
el valor de escribir
con la humildad de quien espera
La flor de ni ansiedad
al fin está muerta:
El poema no nace
hasta que renuncias
a ser poeta.
Espero el poema haya sido de su agrado. Cualquier sugerencia, opinión o comentario, serán bien recibidos. ¡Nos vemos pronto!
@nel.alex ciertamente, la poesía requiere de paciencia y esfuerzo. Bello escrito
«El poema no nace
hasta que renuncias
a ser poeta».
Cuando se llega a esa conclusión, es cuando la poesía hace acto de presencia.