Muy bella reflexión, gracias por compartirlo.
Siempre sera dura la partida de un padre.
Aun recuerdo la sensación de extrañeza, tristeza y profunda compasión que sentí al ver a mi padre, hombre en sus cincuentas serio y estoico como roca, llorando desconsolado la partida de mi abuelo.
Y ahora a mi me duele el verle cada día más disminuido por la edad. Él sigue diciendo que se siente como de veinte. Bueno, que Dios le de salud en su larga vida y paz en su partida, que esperó no sea pronto.