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About the AuthorYura Muriel -
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Los páramos son considerados como un ecosistema único, debido a la complejidad de las interacciones entre las especies que allí habitan, también por su destacado papel en la generación y regulación hídrica. Al ser una reserva biológica de incalculable valor resulta necesario destacar, así mismo, su gran fragilidad. Colombia tiene la fortuna de contener en su territorio una vasta zona paramuna, atendiendo a las características geográficas y geomorfológicas propias de la ramificación, en la zona norte, de la Cordillera de los Andes.
El paramo de mayor importancia en el planeta es denominado como páramo andino y se encuentra en Colombia, así como en Perú, Ecuador y Venezuela. Su delimitación está contenida entre la franja que comprende el límite superior del Bosque Altoandino y el borde inferior de los glaciares. La literatura al respecto de la delimitación es clara en advertir que las áreas de transición entre cada ecosistema deben ser tenidas en cuenta dentro de los procesos de conservación; por otra parte advierte que factores de riesgo, como el cambio climático, conducen a la movilización irremediable de los límites naturales.
Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (2017) la trascendencia del mencionado ecosistema está fundada en su amplia biodiversidad, entre la que sobresalen: 70 especies de mamíferos, 87 especies de anfibios, 154 especies de aves, 130 especies de mariposas, más de 4.700 especies de plantas. De este conjunto de moradores existe un alto porcentaje de endemismo, producto de la capacidad adaptativa de los habitantes del ecosistema.
En relación a las normas en Colombia para regular la gestión de los páramos se encuentra la Ley 1930 de 2018, proferida por el Congreso. Aparece como un cuerpo estructurado, promisorio, que pretende el ordenamiento, regulación, control, seguimiento, monitoreo, financiación, de las actividades dentro de este territorio. No obstante, el contenido reglamentario desborda la realidad, supera las consideraciones previstas y suscita nuevos retos en torno a la gestión, educación y protección ambiental. Ya con anterioridad, a través del Plan de Ordenamiento Territorial POT, en la Ley 1450 de 2011 se establecieron criterios enfocados en la conservación, como la prohibición de talas, quemas y minería.
Basta con un breve rastreo para constatar en campo que la depredación en el páramo persiste y prosigue; no solo en este ecosistema, si pensamos en el caso de la devastación de la Amazonía, como una intervención antrópica, derivada del orden económico y social orientado por el nefasto extractivismo. Otro factor de riesgo, altamente nocivo es el cambio climático, que configura de manera progresiva la fusión de los glaciares. Este retroceso altera el delicado equilibrio de las interacciones en el sistema de alta montaña.
En síntesis: “pese a su importancia, el páramo se encuentra en un alto riesgo debido al desarrollo inadecuado de ciertas actividades productivas, como la minería, la agricultura y la ganadería, así como por fenómenos globales de cambio climático que pueden llevar a la reducción de su extensión y a la desaparición de especies particularmente sensibles a estas alteraciones” (Marín&Parra, 2015, p. 11). A lo anterior se suma la expansión de especies invasoras y el poco avance en procesos de sustitución de actividades prohibidas concertadas con las comunidades campesinas e indígenas. El colosal patrimonio ambiental colombiano debe ser resguardado por contundentes políticas y acciones de conservación que mitiguen, de manera evidente, el riesgo sobre el ecosistema, al presentar alternativas sociales y económicas a la comunidad local.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS | WEBGRAFÍA
Marín, C. y Parra, S. (2015). Bitácora de flora: Guía visual de plantas de páramos en Colombia. Bogotá: Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible – Colombia. (2017). Conoce los páramos de Colombia. Youtube.
Buen análisis el páramo como patrimonio.ambiental del territorio 👍