Se conocieron en una tienda al sur de una ciudad llamada Parlania, Bella y Bartolomé. Una mujer hermosa piel blanca, ojos azules y cabello moreno, un hombre guapo cabello negro, ojos verdes y piel morena. No sabían los que les esperaba, ellos eran inalcanzables, en su mundo el tiempo estaba detenido, eran solo ellos.
En poco tiempo quedaron perdidamente enamorados, compraron una pequeña cabaña en el bosque a las afueras de la ciudad, en su afición en común por la naturaleza, era en lo único en que se parecían, pues en lo demás eran completamente distintos. Bella era antisocial, fría, territorial y muy celosa. Bartolomé era amable, muy social y con una personalidad increíblemente brillante, todos lo querían, y a la misma, todos se preguntaban “¿Cómo rayos esos dos terminaron juntos?”.
Como a Bella no le encantaba estar con personas, mandaba a su amado para que hiciera las compras, para que la mimara en todo; pero lo que él no sabía es que ella lo seguía silenciosamente a todas partes para que nadie, sobretodo una mujer fuera demasiado amable de lo que debería ser con su amado. Él no lo sabía, pero aquellas muchachas que se sobrepasaban según los límites de Bella, eran amenazadas por la misma.
A medida que el tiempo pasaba, lento en el mundo de estos dos enamorados, Bella salió embarazada. Eso era lo peor que le pudo haber pasado según ella, pues Bella quería toda la atención de su marido, no quería que un bebé estorbara en su vida, sentía celos de una criatura que crecía en su vientre. Los primeros meses le encantaron a Bella, porque tenía la atención completa de su esposo, él estaba encantado con la idea de ser padre; pero fue hasta los seis meses, donde comenzó a notarse su barriga, que todo en su mente, todo el éxtasis que sentía por la atención, se desmorono. Fue en aquel entonces que Bartolomé sintió un cambio en su esposa, y aquel mundo donde el tiempo era lento, cambio.
Bella se volvió más agresiva con sus palabras y se encerraba en su habitación la mayoría del tiempo, solo salía para alimentarse y cuando lo hacía pensaba en abortar, pero… ¿Qué pasaba por la mente de bella que decidía quedarse con un niño al que no quería? Simple, ella quería ser el centro de todo en la mente de su esposo, quería una atención inigualable a la de una reina, y, en otras palabras, quería mantener a su esposo como un esclavo ante sus pies y solo lo conseguiría utilizando a ese niño indeseable como excusa para manipularlo. Paso mucho tiempo antes de que Bartolomé pudiera acercarse a su esposa y al hijo que llevaba en su vientre. No fue, sino, hasta el día que llego el bebe, que Bartolomé entró decidido a verlo; lo cargo en sus brazos y en sus ojos se reflejó el más puro amor por esa criatura. A Bella eso la lleno de ira, de celos, sentía que el hijo que no quería se llevaba la atención de su esposo y eso ella no podía permitirlo.
En los siguientes días ella había agarrado a su bebe y se había encerrado de nuevo en su habitación, con la excusa de estar cansada, exhausta y de sentirse extraña con la llegada del bebe, lograba que su inocente esposo se alejara, el mismo creía que su esposa solo necesitaba tiempo con su niño. Pero en su soledad ella solo imaginaba. Imaginaba a su esposo con otras mujeres, imaginaba a su esposo con su hijo, imaginaba a su esposo en un mercado con su hijo y otra mujer. Todo tipo de ideas locas donde era ella la que no recibía atención, llegaban a su cabeza, la atormentaban haciendo que la ira hacia su esposo creciera. Solo mantenía al niño vivo para poder manipularlo, ella sabía que sin el niño, su esposo no la consentiría más y ahí sí la dejaría.
Fue una noche donde su esposo logró entrar en la habitación nuevamente y fue directo al bebe, que Bella perdió toda la razón y con un cuchillo que mantenía escondido debajo de su cama, arremetió contra Bartolomé; él trato de defenderse lo mejor que pudo pero la loca mujer lo apuñaló en el muslo haciéndolo caer, luego en su costado, causándole un corte tan profundo que la sangre salía a montones, sintiéndose débil él logro hacer que el cuchillo cayera de sus manos alejándolo de ambos, sin embargo, ella lo golpeo en su entrepierna, agarro una lámpara que estaba cerca y lo golpeo; lo golpeo en sus brazos, lo golpeo en su cabeza, lo pateo en su abdomen haciéndolo más débil, más indefenso.
Al terminar, Bartolomé estaba débil en el suelo, Bella busco un maletín de primeros auxilios y con una mirada fría la lanzo hacia su esposo. Tomo a su hijo y salió de la habitación encerrando a Bartolomé en ella. Dos días pasaron y Bartolomé yacía solo en aquella habitación, recuperándose lentamente de sus heridas, gritando desde la puerta con las pocas fuerzas que tenía, hacia su esposa para que entrara en razón, sin embargo, ella solo se había acercado en dos ocasiones para darle comida. Amarraba a su esposo y haciendo caso omiso a lo que este le decía para que lo liberara, le daba de comer; al finalizar, lo besaba en sus labios y con un frio “te amo” se iba.
Fuera de esa habitación, en la mente de Bella todo se volvía más retorcido; seguía imaginado, alucinando con cada grito de su esposo, con cada palabra: “él me dejó”, “ya no me ama”, "tiene a otra, se quiere ir con ella”, “me quiere ver sola, humillada”, “ese engendro es el culpable”, “está tratando de irse con él bebe, quiere engañarme”. Y de nuevo, en ese segundo día, en esa noche la tragedia se desato. Bartolomé con sus últimas fuerzas, con su garganta adolorida grito lo más alto que pudo: “Al menos dime como esta Mi Hijo… Mi Hijo…Mi Hijo” … esas últimas palabras retumbaron en la cabaña, llegaron como un eco a Bella; y en medio de todas sus alucinaciones, su ira afloro otra vez, agarro un cuchillo y decididamente, se dirigió a la habitación donde se encontraba su esposo; al abrir la puerta arremetió nuevamente contra él y lo apuñalo.
Lo apuñalo seis veces, tres en el abdomen, dos debajo de su clavícula derecha y una en su corazón; lo apuñalo en su ojo derecho y le corto el cuello; lo apuñalo con toda la ira que sentía, con todos los celos; celos que le decía que no era la única en la mente de su esposo, y fue así como Bartolomé un hombre guapo de brillante personalidad, querido por todos, murió.
Bella agarró a su hijo y se fue de aquel lugar, se alejó de aquella ciudad llamada Parlania; dejando atrás el cuerpo inmóvil del hombre que amaba. Tras pasar ocho años llegó a instalarse en una granja pequeña, pero sin haber cambiado en nada, golpeaba a su hijo y lo encerraba en una habitación, lo mantenía vivo con tal de aflorar el recuerdo perdido de su esposo, pues el niño y el tenían los mismos ojos. Se volvió cada vez más psicótica, paranoica, pero, sin embargo, sabia guardar las apariencias, y se controló muy bien hasta que se enamoró/obsesiono de nuevo, de un hombre igual a Bartolomé en apariencia y en personalidad, lo único que no tenía igual eran sus ojos, según ella; y en su desesperación por ser el centro de todo, su ira, sus celos, su egoísmo, su irracionalidad, la alcanzaron de nuevo. Mato nuevamente a su pareja, mato a su hijo y se terminó suicidando, con un único pensamiento en su mente de que Bartolomé y ella seguían en su mundo inalcanzable, donde el tiempo era lento.
FIN.
¡Hola querida gente de hive! Aquí le traemos algo completamente nuevo, tanto para nuestro blog como para nosotras, realmente fue nuestra primera vez escribiendo un cuento (que no sea solo para la escuela) y mas de este estilo, así que, discúlpenos los errores y esperamos les guste. ¡gracias por leer! 😃
¡Muy bueno! Los cuentos de personas maniáticas, son interesantes. Es increíble la trama, se inicia como una nueva historia de amor, y luego como un cruel destino.. La obsesión no es amor, construye y destruye al mismo tiempo. ¡Gracias por compartir!
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