¡Hola, apreciada comunidad! Espero se estén bien, y si no, que, deseo que pronto logres superar cualquier agitación. Me paseo hoy por este espacio para compartir con ustedes uno de los poemas que forma que forma parte de mi primer poemario publicado: Habitantes de la calima – Sequía.
Debo recordarles que en mi presentación dentro de esta maravillosa plataforma advierto que soy astrólogo (con más de 17 años de experiencia haciendo lecturas). He allí la razón del título de este texto, bastante pesimista y cínico (uno de los efectos de dicha conjunción). Los entendidos sabrán de lo que hablo, no es fácil convivir con este aspecto. Sin embargo, creo fielmente que la vida es una mezcla perfecta entre azar y designio, y que lo que nos sucede tiene mucho fundamente en las decisiones que tomamos. A continuación, les adjunto el poema.
maniatado, apartado de los preceptos del día,
ofendido por las formas que el fuego gesticula.
El eco me mantiene, los murmullos me sosiegan,
soy ciego y sordo desde que emergí del vacío,
pero puedo palpar con claridad las vibraciones.
lo siento apretado, fatigoso, cuesta arriba,
duro como unos zapatos nuevos,
pero me finjo holgado y escondo mis ampollas:
Todos me juran amo y señor de mis pies,
dueño del camino y de mi trayectoria.
de mi armadura, de mis verdaderos huesos,
a miles de años luz de encontrar mi causa-consecuencia.
Solo poseo la distancia entre mis átomos,
las fuerzas fraternales que me mantienen roto:
Me acostumbré a vivir disuelto en el espacio.
precario entramado de cabellos y vísceras?
Cada segmento mío es una batalla, una derrota segura.
No soporto mi presencia, mis ademanes,
Mi voz precipitada, hasta mi nombre me repugna,
y mi reflejo también me es desconocido.
Con frecuencia lloro larga, amargamente;
por fortuna tengo innumerables pañuelos.
resbaladizo como una gota de aceite,
como un pez sin escamas, como un segundo.
Soy devoto de las murallas y del después,
alejo lo que se acerca, me aferro de lo que huye.
también sepulto mi opinión y mi ego,
me crítico con severidad temeraria
(no me conformo con tocar las estrellas),
siento pánico de lo que puedo hacer,
pero más me aterra lo que no hago.
y a pesar de atrofiado no interrumpo mis pasos:
(Tengo un atajo: recostarme sobre el filo:
Cerrar los ojos: y darme de beber al desagüe: prefiero no hacerlo).
Aun sin Dios, sin dogmas, sin familia y sin bolsillos,
aun con esta escasez de sentido y estructura,
conociendo muy poco y pretendiendo muchísimo,
sigo malgastando mi espacio, mis costillas:
Por alguna razón la calima desintegró mis pulmones.
Espero que el poema les haya gustado. Cualquier crítica, opinión o recomendación, pueden dejarla en la casilla de comentarios. En serio me gusta leerlos y compartir con ustedes las experiencias generadas. Recuerden que el arte es de todos, y entre todos podemos construir belleza. ¡Nos vemos en una próxima publicación!
@zaynel, conmovedor poema! Yo también creo que los astros influyen en nuestras vidas!