Hola amig@s y amigos de Womentribe
Estoy de regreso con mi columna Mujer con M de mamá. Me complace retomar mis publicaciones y como se darán cuenta esta es mi segunda publicación en lo que va de año. Espero mantener la constancia desde este espacio que cuando inició se presentaba semanal, pero es posible que ahora sea mensual (espero cumplir y que no sea anual 👀) Por ahora, lo cierto es que estoy aquí con cariño y les doy la bienvenida a mi blog para que juntas (os) reflexionemos sobre la ilusión de la maternidad, sueño idealizado que puede tener algunos cambios.

Una ilusión infantil
Toda mujer que me lee, aunque no sea madre, puede entender esa ilusión natural de la maternidad porque la tenemos desde que éramos unas niñas y jugamos con nuestras muñecas o peluches como si fueran nuestros hijos. Seguro que recuerdan cuando le dábamos comidita imaginaria, los vestíamos, los cargábamos, los acostábamos y arropábamos en una camita improvisada con nuestros juguetes, incluso los regañábamos con firmeza y los abrazábamos dulcemente como una madre lo hace con un hijo. ¿Recuerdan esa época y sobre todo a sus muñecos? Yo sí 🤗

Imagen de Francisco Montero Garcia en Pixabay
Una ilusión adulta
Cuando ya somos adultas y logramos tener un embarazo, la ilusión infantil de la maternidad tiene su primera metamorfosis (porque pueden ser varias) Lo cierto, es que al crecer en estatura física y mental ya es hora de redireccionar esa ilusión natural maternal de niña, a mujer-madre, porque estamos con un hijo real que crece en nuestro vientre. Esta vez no es un juego.
🤰
La espera de un hijo deseado se hace con mucha ilusión, tanto así, que cuando nos preguntan si queremos niño o niña, respondemos con emoción: "lo que importa es que el bebé esté sano, ya sea hembra o varón solo quiero que venga sanito". Es lo que anhelamos como madre, por supuesto, porque es una linda ilusión e idealizamos todo perfecto en la dulce espera.

Imagen de Marjon Besteman en Pixabay
Nos imaginamos al hijo en nuestros brazos y más allá, porque volamos con nuestra imaginación al futuro hasta su supuesta vida adulta. Una que dibujamos perfecta, como consecuencia de ese sentimiento puro que sentimos por un hijo desde antes de nacer y es que la maternidad es una ilusión que se alimenta con los anhelos de nuestro corazón.

Imagen de Satya Tiwari en Pixabay
Una ilusión herida
La metamorfosis de la ilusión maternal sufre cuando es completamente opuesta a lo que idealizábamos. Como mujer-madre sé que a muchas de nosotras nos toca volver a replantearnos la vida feliz que soñamos con la llegada de ese hijo anhelado. Me refiero cuando llega con una enfermedad delicada, peor si es incurable y mucho más desconcertante cuando es un problema de salud tan grave al punto de ser mortal. También es impactante que nos digan que el hijo será un discapacitado, que digan que es un enfermo y es que esas palabras nunca estuvieron en nuestro diccionario de mamá ilusionada con el hijo soñado.
Otra situación dolorosa es cuando el hijo va creciendo como una persona que tiene mala conducta, por decirlo de una manera, lo que empeora la vida de todos y más al convertirse en un adulto. Hay un sinfín de situaciones que pudiera mencionar y que a muchas madres les ha sacado más de una lagrima, con toda razón.
La ilusión maternal está herida. Esa vida de mamá que estaba perfectamente soñada está deshecha porque el hijo vino defectuoso. ¿Qué hacemos ahora?

Imagen de congerdesign en Pixabay
Una ilusión perdida
Ahora eres una mujer sin ilusión maternal. Esa es la primera consecuencia que experimentamos de inmediato. Todo se nos vino abajo con la llegada del hijo imperfecto, ese que no es normal. Ahora sentimos que estamos cayendo en un hoyo sin fondo o sentimos que estamos en un túnel muy oscuro y sin salida. El desconcierto de lo inesperado nos arrincona. Nada es como debía ser. Nos atormentamos, lloramos, nos hacemos preguntas, mientras nos culpamos y agotamos.
Necesitas tener un tiempo a solas, unas minutos, horas o días tal vez. Eso es válido. No te preocupes. No te sientas culpable por cómo te sientes. Eres un ser humano. Un ser vulnerable, aunque en apariencia eres una mujer fuerte pero ahora necesitas una redefinición de tu identidad como madre. Una que experimenta agotamiento físico y emocional, aunque sepa que no está sola en el proceso.

Imagen de Mircea Iancu en Pixabay
Una ilusión renovada
La ilusión de la maternidad puede renacer al reformularse las prioridades. Es parte del milagro de ser madre. Reconocemos a ese hijo nuestro, también vulnerable, definitivamente más que nosotras y reconocemos que no estamos sola en el proceso de ser mamá. Entonces nos disponemos a revivir la ilusión de la maternidad, que de nuevo sufre una metamorfosis, esta vez para ser una experiencia sólida, esa que no se quebrará nunca más. Estamos listas para estar al lado de ese hijo, para ser lo que espera que seamos, para ser esa grandiosa mujer con M de mamá.
Así es la vida de una mujer cuando decide convertirse en mamá.

Imagen de Марина Вельможко en Pixabay

De @parauri para el mundo
Imágenes no propias tienen fuente / Images I do not own have their sources.
C / Mundo Autismo

@aliento
@hispapro - @sagarkothari88

Hola amiga interesante y bueno yo me quedé en esta etapa jugué mucho con muñecas pues no tuve la oportunidad de ser madres,pero la fortuna de tener una madre maravillosa que aún sigo a mi lado a sus 85 años. Saludos
Que linda! Tienes a tu madre contigo. Fíjate, pienso que con ella tienes la oportunidad de dar protección como una madre amorosa a un hijo, ya sabes, en lo que avanza la edad hay que cuidarlos con mayor cuidado y ternura. Eres bendecida al estar a cargo de tu mami. Gracias por estar, leer y comentar 🌷
@tipu curate 8
Upvoted 👌 (Mana: 0/69) Liquid rewards.
Your support is greatly appreciated!
Greetings @rashed.ifte ✨
Greetings 🤗
!LUV
(1/1) sent you LUV. | tools | discord | community | HiveWiki | <>< daily@parauri, @sorprendente
Buen tema, buena presentación, un abrazo :)
Es algo muy cierto, aún sin saberlo, desde niñas practicamos el rol de ser madres, como algo bonito, que nos hace mejores y ciertamente así es, ser madres saca lo mejor de nosotras, claro con sus excepciones, porque hay quienes definitivamente no nacieron para eso.
Pienso que la bendición de tener un hijo sanito nos convierte en madres, pero cuando no es ese el escenario, ya es otro nivel, se necesita ser una super madre y ese amor tan puro y bendito que sólo se puede sentir por un hijo, lo hace posible.
Un abrazo, fue un gusto leerte.