Coincido plenamente en lo que dices, ser mamá es para toda la vida, nuestros hijos pasan a ser nuestra prioridad y no amaremos a nadie más de lo que le amamos a ellos. Es un papel que me tomo muy en serio, tanto, que cuando era soltera pensaba que yo no estaba cualificada para ser madre y cuando decidí serlo, leía todo lo que encontraba, intentando cometer la menor cantidad de errores posible, aunque al final, es algo que no se aprende de los libros, sino de la experiencia (aunque la teoría sí me ayudó mucho).
Un abrazo.