Con el tiempo he aprendido a buscar inspiración y estrategias en diversas culturas, comenzando por la japonesa. Recientemente, mi hija comenzó a entrenar Aikido, el Arte de la paz, como lo llamaría Morihei Ueshiba, su creador.
Con una filosofía profunda que te lleva a buscar la armonía entre tu mente, tu cuerpo a través de la energía, el Aikido no solo te prepara para defenderte sino para vivir.
En una de las prácticas, el Sensei hablaba sobre la técnica de Ukemi, una revelación que ha transformado mi enfoque hacia los desafíos del emprendimiento. Ukemi más que una simple caída, es el arte de "recibir" una técnica, un proceso de dos (Uke y Nage). Puede parecer que el Nage simplemente lanza o ataca al Uke, pero la realidad es bien distinta. El Uke presta su energía y su cuerpo al Nage para que explore una técnica y la perfeccione.
De ahí que el ambos deben confiar el uno en el otro, y el Uke necesita controlar su energía y su cuerpo para abrazar el piso y recibir la caída. En palabras simples: aceptar la caída y convertirla en su aliada.
Sorprendentemente, tiene aplicaciones profundas en el mundo empresarial.
Ukemi: más allá de caer seguro
Tradicionalmente, Ukemi se ve como una forma de caer sin dañarse. En el emprendimiento, esto se traduce en la capacidad de enfrentar fracasos o reveses de manera segura, minimizando el daño. Aprender de los errores sin dejarse derrotar por ellos es esencial para evolucionar hacia la meta que nos hemos propuesto. Implica análisis, paciencia, resiliencia y confianza.
En Aikido, defenderse efectivamente requiere entender cómo se aplica una técnica. En el emprendimiento, esto se traduce en comprender los desafíos y obstáculos desde una perspectiva interna. Reconocer las dinámicas del mercado, la competencia y las necesidades del cliente nos permite desarrollar estrategias más efectivas.
Por otro lado, al igual que un Ukemi hábil permite recibir una técnica de forma dinámica, un emprendedor debe ser ágil y adaptable. En lugar de resistir los cambios, abrazarlos y adaptarse rápidamente puede convertir potenciales problemas en oportunidades.
Superar el miedo al fracaso, entender que caer es una oportunidad de mejorar, de aprender; es clave en nuestra vida en general. Así como el miedo a ser proyectado puede limitar el progreso en Aikido, el miedo al fracaso puede paralizar a los emprendedores.
Desarrollar la confianza para enfrentar y superar estos miedos es fundamental para el crecimiento y el éxito empresarial.
En el emprendimiento, al igual que en este arte marcial, la meta no debe ser simplemente "ganar" o superar a la competencia. En cambio, el enfoque debe estar en aprender, crecer y mejorar constantemente. Adoptar una mentalidad de crecimiento lleva a un emprendimiento más sostenible y ético.
La técnica de Ukemi en Aikido me ha mostrado la importancia de enfrentar los desafíos con agilidad, aprender de cada experiencia y levantarme rápidamente después de un contratiempo.
En el mundo del emprendimiento, donde los fracasos son inevitables y el cambio es la única constante, adoptar el espíritu de Ukemi puede ser el secreto para no solo sobrevivir, sino prosperar.