Los clubes y la misión

in The Kingdom4 months ago

¿LOS CLUBES DE CONQUISTADORES AYUDAN O ESTORBAN A LA MISIÓN DE LA IGLESIA ADVENTISTA?

Soy guía mayor, y lo que escribo aquí lo escribo con el corazón en la mano por amor a nuestra juventud. Sé por experiencia personal que nuestros clubes pueden ayudar a nuestra misión, pero también sé que un énfasis desenfrenado y ciego en los clubes puede desviar tiempo, energía, o recursos destinados para otros departamentos de la obra.

Al principio eran sólo tres los llamados a instruir a la juventud adventista en el camino de Dios: el hogar, la iglesia, y la escuela adventista. Años más tarde, ya cuando todos nuestros pioneros (incluyendo a la hermana Elena White) habían muerto, surgieron los clubes adventistas.

La cruda realidad es que el ministerio de los clubes de la iglesia adventista es hoy severamente criticado por algunos miembros de iglesia que aseguran que en estos clubes hay mundanalidad, infiltración Jesuita, y hasta prácticas de masonería. Se acusa a nuestros clubes de desviar a nuestra juventud del plan original de Dios.

Ha llegado la hora de poner las cosas en claro. ¿Están o no están nuestros clubes cumpliendo con los propósitos divinos aquí en la tierra? ¿Son los clubes verdaderamente un apoyo a la obra de Dios en todos sus aspectos? ¿Están los líderes de estos clubes guiando a nuestra juventud por las sendas rectas de Jehová?

El problema con nosotros es que a veces queremos celosamente defender a nuestros clubes sin primero haber dado todo nuestro apoyo a la iglesia y a la escuela adventista. O sea que algunos padres quieren club para sus hijos, pero no envían a sus hijos a la clase de escuela sabática en la iglesia ni tampoco los inscriben en la escuela adventista. Eso está muy mal. Lo primero, primero, después el club si les sobra tiempo y recursos. Recordemos que nuestras iglesias y escuelas vinieron primero y su misión es adiestrar bien a nuestros niños y jóvenes para el trabajo misionero agresivo.

Dios pide a los padres que primero manden a sus hijos a la clases de escuela sabática fielmente cada sábado y que también los inscriban en una escuela Adventista. ¿Pero es esto lo que los padres adventistas están buscando y haciendo en la actualidad? Hay padres que ni ellos mismos van a la escuela sabática, y menos poner a sus hijos en la escuela adventista o pedir una escuela si todavía no hay una. Otros padres siempre están buscando una excusa para no enviar a sus hijos a la escuela adventista, pero sí quieren y hasta demandan un club para sus hijos. Recordemos que el club es solo un complemento a la obra de Dios y no una guardería de niños para padres que no quieren obedecer a Dios y que deliberadamente envían a sus hijos a las peligrosas escuelas públicas. Todas estas malas actitudes de parte de los padres hacen mucho daño a nuestra juventud. Tristeza da ver a estos padres despreciar abiertamente la voluntad de Dios para sus hijos.

Si queremos saber con certidumbre cual es el papel que nuestros clubes deben desempeñar hoy en la iglesia, debemos primero buscar ser fieles a Dios con la iglesia y la escuela adventista. No olvidemos que son estas dos instituciones, la iglesia y la escuela, las que unidas al hogar adventista pronto levantarán un ejército de jóvenes y señoritas consagrados a Dios que ayudarán a proclamar el último mensaje de advertencia al mundo.

Animo a todos nuestros líderes de clubes a que mediten seriamente en estas cosas. Nuestros clubes pueden hoy ayudar a fortalecer lo débil en nuestros hogares, iglesias, y escuelas. Solo así podremos callar la boca de todos aquellos que hoy nos acusan de tener clubes que no cumplen debidamente con los designios de Dios. Cuando todo el mundo vea que nuestros clubes ayudan a levantar el estandarte de la verdad en nuevos campos, ganan almas y familias enteras para Cristo, y que también ayudan a levantar nuevas iglesias y nuevas escuelas adventistas, entonces quedará bien claro que los clubes son una bendición y no una maldición. Si no hacemos esta clase de obra hoy, seguiremos siendo solo clubes militarizados que imitan o se parecen mucho a los clubes de los “Boy Scouts”.

Dios pide fidelidad de los padres. Es en el hogar donde primero se debe poner un buen fundamento espiritual, después viene el apoyo de la iglesia y de la escuela adventista. Tal es el plan de Dios. Estos tres trabajando juntos por la salvación y capacitación de nuestra juventud y apoyados por el ministerio de los clubes es el plan ideal para nuestros tiempos. Solo así podremos lograr lo que Dios pide: un ejército de jóvenes bien entrenados para la obra de Dios.

👉"Con semejante ejército de obreros como el que nuestros jóvenes, bien preparados, podrían proveer, ¡cuán pronto se proclamaría a todo el mundo el mensaje de un Salvador crucificado, resucitado y próximo a venir! ¡Cuán pronto vendría el fin, el fin del sufrimiento, del dolor y del pecado! ¡Cuán pronto recibirían nuestros hijos, en vez de una posesión aquí, marchita por el pecado y el dolor, una herencia donde “los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella”; donde “no dirá el morador: Estoy enfermo”; y “nunca más se oirán en ella voz de lloro” Salmos 37:29; Isaías 33:24; 65:19.. – {ED 244.2}.

En esta cita se habla de un ejército en términos figurativos, no literales. No necesitamos un ejército como los “Boy Scouts” para llevar nuestro mensaje a todo el mundo. “No es con [uniforme], ni con [marchas o camporees], sino con mi Espíritu dice Jehová de los ejércitos (Zacarías 4:6).

Que nuestros clubes ayuden hoy a fortalecer la obra de Dios en todas sus áreas o de lo contrario que mejor se hagan a un lado y dejen que el hogar, la iglesia, y la escuela adventista cumplan libremente con el cometido divino de entrenar y capacitar cabalmente a nuestra juventud para el fuerte pregón ahora.

Necesitamos ayuda y apoyo de nuestros clubes, no trabas o impedimentos.

Por Jacinto Flores Jr., MDiv