Me hizo recordar una amiga que comenzó a estudiar guitarra, pero tenía la piel muy sensible y tuvo que dejar. Pero no por callos sino por el dolor. Recuerdo que me decía que le dolían tanto las temas de los dedos que no se podía peinar y que salía a la calle y el roce de la brisa en los dedos le disparaba un corrientazo hasta el codo. Tuvo que dejar y si se dedicó después a la flauta dulce.
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Aparte fuera de la entrevista nos comentó de otras dolencias que padece a nivel de garganta lo que la imposibilitado seguir cantando con regularidad.