Lo que voy a relatar es difícil de creer, pero sucedió en 1994 y continúa sucediendo a todo aquel que manipula billetes de un dólar. En 1994, un respetable viajero colombiano, que llevaba consigo una buena cantidad de dólares en billetes de 10, 20 y 50, fue sorprendido en el aeropuerto de Miami cuando un perro policía entrenado para detectar drogas comenzó a ladrarle insistentemente mientras husmeaba sus pantalones. Como las credenciales del caballero en cuestión eran impecables y no portaba absolutamente nada de drogas, a Don Jordan, un jefe de inspectores de aduana, se le ocurrió examinar algunos de los billetes del viajero utilizando un potente microscopio electrónico. No lo hacía por sospechas de que fuesen falsificados, sino por otra causa verdaderamente asombrosa: alojados entre las fibras del papel, en aquellos billetes que el viajero portaba, se encontraban insertos diminutos granos de cocaína. Estos residuos de la droga son completamente invisibles para el ojo humano y además imperceptibles e indetectables incluso para el fino olfato de un perro policía, especialmente cuando se trata de solo uno o varios billetes. Pero como el portador, completamente inocente por lo demás, llevaba un fajo de ellos, el efecto acumulativo de tantos microscópicos granos de cocaína alojados en muchos de esos billetes estadounidenses que portaba sí permitió que el ultrasensible olfato del perro lo percibiera.
¿Pero cómo se habían incrustado aquellos ínfimos residuos de cocaína en los billetes de un dólar? Un informe que dio a conocer Don Jordan, para entonces jefe de la unidad de materiales e implementos en los laboratorios del FBI, examinó detenidamente billetes de baja denominación escogidos al azar en Miami, Nueva York y San Francisco, lo cual reveló que en casi todos existían hasta un 90% de residuos de cocaína. La causa, según los expertos que hicieron los exámenes, era que una gran parte de aquellos granos de cocaína en los billetes de 1, 5 y 10 provenían de las manos de traficantes, pesadores, vendedores y consumidores del tóxico polvo blanco, cuando dichas manos, generalmente, entraban en contacto con la sustancia alucinógena durante el proceso de adulteración, empaquetamiento, manipulación, venta e incluso el consumo. Algo o mucho de sus diminutos granos, que se les habían adherido a la piel, manos y dedos, luego serían transferidos a los billetes bancarios que traficantes, vendedores al detal y usuarios intercambiaban durante las transacciones que generalmente se hacen en efectivo. Esa capacidad de adherencia de la cocaína al papel moneda parece indicar que a lo mejor existe algo en la propia textura de los billetes o quizás la tinta que facilita tal adhesión. El experto agente Jordan también especuló que otra causa de contaminación puede ser las máquinas automáticas de contar billetes que existen en los bancos. Así, bastaría que uno solo de los billetes conteniendo trazas del polvo se coloque en dicha máquina junto con otros billetes no contaminados para que ese que está sucio de droga termine impregnando a todos los demás con microscópicos fragmentos de cocaína. Estos, a diferencia de la heroína, no se descomponen y por eso permanecerán firmemente alojados entre las fibras del billete. De hecho, y mientras más circule entre el bajo mundo, seguirá adquiriendo diminutos granos del nefasto polvo blanco. Se pueden lavar con agua y jabón esos billetes contaminados, pero los expertos no lo aconsejan, ya que lo más probable es que más bien diluya algo de la tinta con que están impresos sin afectar a esos persistentes granos de la droga que seguramente continuarán aferrados a las fibras del billete.
Desde 1994, cuando sucedió el caso, se han tomado medidas para desinfectar los billetes contaminados por residuos de droga, pero el procedimiento en cuestión no ha sido divulgado por razones obvias. Y así, todo parece indicar que muchísimos de esos dólares empolvados con partículas de cocaína continúan circulando sin que sus inocentes portadores imaginen siquiera lo que llevan adherido a algunos de esos verdes billetes que llevan en sus carteras y bolsillos. Editor de Video: Clipchamp ▶️ 3Speak
Imagen y Separador: Canva
Narración y producción: Rafamar
Editor de Audio: Audacity
😧 Sorprendente! Interesante información...saludos!
Gracias por comentar. Saludos