En la naturaleza hay un mundo escondido, que si nos ponemos a detallarlo y a entenderlo nos olvidamos de las cosas que nos pudiera estar afectando en nuestro alrededor.
Cuando tenemos un motivo para poner a volar nuestra imaginación, basta con mirar al cielo, las nueves, las hojas de los arboles caer, las hormigas caminar una tras otras, el nido de un ave con sus polluelos, los asientos desgastados de una plaza, todo nos da un motivo de escribir, de escribir racionalmente, de escribir con locura, y si estamos enamorados o triste la nota cobran el sentido que les queramos plasmar.
Para la fotografía no siempre es indispensable un objetivo específico, si tiramos fotografías al aire, veremos los colores mas maravillosos que hayamos podido imaginar. El sentido de fotografiar se enfoca muchas veces en la esencia que le pongamos a la imagen, el sentido que le queramos dar.
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