Hola, amigos. Hoy quiero contarles una historia muy especial sobre Jhanine, mi querida mascota que ya no está conmigo. Revisando unos discos duros en busca de imágenes para una ilustración de la kantuta y el patujú, encontré fotos de ella. Esas imágenes me llenaron de nostalgia y me hicieron recordar todos los momentos hermosos que compartimos como familia.
Jhanine llegó a nuestras vidas de una manera inesperada. Era parte de una camada de 10 cachorros que tuvo la perrita de un vecino. La mayoría de sus hermanitos fueron adoptados por familiares del dueño para acompañarlos al campo, pero Jhanine fue una de las tres que se quedaron en el vecindario. Desde el primer día, su energía era inagotable: curiosa, juguetona y traviesa como ella sola.
A lo largo de los años, compartimos muchas celebraciones, pero los fuegos artificiales siempre eran un desafío. Como muchos perros, el ruido la ponía muy nerviosa, y en una ocasión escapó de casa durante una fiesta. Fueron días de angustia buscándola hasta que finalmente la encontramos en el mercado, rebuscando comida como una verdadera sobreviviente. ¡Qué alivio fue tenerla de vuelta! Y aunque parecía adaptarse a cualquier situación, en casa siempre retomaba su esencia: curiosa y traviesa, como cuando destruyó todas mis plantas. Aunque me molesté mucho en ese momento, ¿qué podía hacer? Era imposible no quererla.
Una de las cosas más únicas de Jhanine era su habilidad para caminar en dos patas. Mi hermano nunca olvidará la noche en que fue a la cocina y la vio parada como un humano. ¡Le dio un buen susto! A ella le encantaba hacerlo, como si supiera que nos sorprendía cada vez.
Ahora, años después, tengo a Falkor, un perro guardián muy especial. ¿Y adivinen qué? Falkor es hijo de Jhanine. Aunque se parece mucho a su mamá, tiene su propia personalidad. Por ejemplo, mientras Jhanine no soportaba a los gatos, Falkor es todo un defensor de ellos. Es un recordatorio viviente de todo lo bueno que Jhanine nos dejó.
Gracias por permitirme compartir un poco de esta historia. Cada mascota que llega a nuestras vidas deja huellas imborrables, y Jhanine definitivamente dejó las suyas en mi corazón.
Un abrazo para todos, y hasta la próxima historia.
English
Hello, friends. Today I want to share a very special story about Jhanine, my beloved pet who is no longer with me. While going through some hard drives in search of images for an illustration of the kantuta and the patujú, I found photos of her. Those pictures filled me with nostalgia and brought back memories of all the beautiful moments we shared as a family.
Jhanine came into our lives unexpectedly. She was part of a litter of 10 puppies born to a neighbor's dog. Most of her siblings were adopted by the owner's family to accompany them in the fields, but Jhanine was one of the three that stayed in the neighborhood. From day one, her energy was boundless: curious, playful, and mischievous to the core.
Over the years, we celebrated many occasions together, but fireworks were always a challenge. Like many dogs, the noise made her very nervous, and on one occasion, she ran away from home during a party. We spent days anxiously searching for her until we finally found her at a nearby market, rummaging for food like a true survivor. What a relief it was to have her back! And although she seemed to adapt to any situation, at home, she always returned to her true self: curious and mischievous, like the time she destroyed all my plants. Even though I was very upset at the time, what could I do? It was impossible not to love her.
One of the most unique things about Jhanine was her ability to walk on two legs. My brother will never forget the night he went to the kitchen and saw her standing like a human. It gave him quite a scare! She loved doing it, as if she knew it amazed us every time.
Now, years later, I have Falkor, a very special guard dog. And guess what? Falkor is Jhanine’s son. Although he resembles his mom in many ways, he has his own personality. For instance, while Jhanine couldn’t stand cats, Falkor is their biggest defender. He’s a living reminder of all the wonderful things Jhanine left behind.
Thank you for letting me share a little bit of this story. Every pet that comes into our lives leaves an indelible mark, and Jhanine definitely left hers in my heart.
A big hug to you all, and see you in the next story.
Photographs are taken with the Camon 20 Pro phone
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