El primero de septiembre fue un día muy especial, ya que celebramos el cumpleaños de mi hijo. Él decidió compartir este momento con sus amigos más cercanos, y elegimos un domingo perfecto para la ocasión. La celebración tuvo lugar en una piscina, donde disfrutamos de un delicioso almuerzo que incluyó parrilla, hot dogs y refrescos. La música ambientaba la tarde, creando un ambiente alegre y divertido.
A medida que avanzaba el día, preparamos una sorpresa para él, una rica torta que acompañamos con más refrescos, y organizamos un pequeño encuentro en casa con familiares y amigos. Además, contamos con una gigantesca pizza de 80 cm que fue todo un éxito; ¡nos quedó tanto que incluso tuvimos para el día siguiente! La pizza fue realmente espectacular.
La tarde culminó con el canto del "Feliz Cumpleaños", y ver la sonrisa en su rostro fue invaluable. Sin duda, fue un domingo inolvidable, lleno de alegría y momentos especiales, tal como él había deseado. Celebramos a su manera, creando recuerdos que atesoraremos por siempre.
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