Día de Muertos. Este año fue algo diferente para mí, ya que participé un poco más activamente en la puesta del altar en casa. En años anteriores había dejado un poco de lado el hacer algo elaborado para recordar a mis difuntos y solamente me limitaba a colocar una vela junto a la fotografía de mi padre. Sin embargo, este año se dio la oportunidad de integrarlo al altar de la familia de mi esposo y eso me dio mucha alegría, pero a la vez, bastante trabajo al tener que preparar la comida y todo lo que debe llevar la ofrenda.Hola, amigos de #HiveMexico. Finalmente, nos despedimos de los difuntos y dejamos atrás el
Por suerte, en Puebla, se dieron varios días libres debido a la importancia cultural de la fecha. Así que además de recordar a nuestros difuntos, también pudimos disfrutar de las actividades que preparó el ayuntamiento. Como cada año se celebró el desfile de las calaveras, donde participan instituciones educativas, culturales y bandas de guerra. Además, el día primero de noviembre se realizó una peregrinación que recorría las calles del centro, con dirección al panteón municipal, donde se llevó a cabo un acto especial para recordar a los difuntos. Honestamente, nunca le he encontrado demasiado sentido a los desfiles/peregrinaciones, pero son llamativos y siempre se ve algo interesante en ellos, así que son eventos que casi no nos perdemos.
Fueron días algo raros, con una mezcla de melancolía y alegría que se percibía en todos. Este año fuimos, como es costumbre, fuimos al panteón y ahí el ambiente es mucho más extraño. Para comenzar, nos recibió una enorme catrina, mientras que adentro nos esperaban grupos de mariachis y cantantes, listos para llevar un poco de acompañamiento musical, según los gustos del familiar que se fuera a visitar. Había personas contentas por la idea de recordar a los que ya no están y algunos tristes, por la misma razón.
Sin duda, este año ha sido una de las mejores temporadas "de muertos" que he vivido desde que estoy en México. Comimos comida deliciosa (aunque terminamos cansados de tanto mole y aún tenemos pan de muerto del que preparamos), que compartimos gustosamente con nuestros visitantes “invisibles”, como diría mi hijo, además de pasar un buen rato paseando en nuestro propio pueblo para pedir la tradicional calaverita, así que además de todo, estamos cargados de dulces.
Aunque lo disfruté mucho y me involucré más en la celebración, tanto en casa como en la escuela de Leo (mi hijo), creo que como extranjera, aún no termino de entender por completo esa relación tan única que tienen los mexicanos con la muerte y la forma de recodar a sus difuntos, a pesar de tener casi 15 años en este país. De lo que no hay duda, es de que cada vez aprendo a disfrutarlo y a valorarlo más.
Until Next Day of the Dead
Day of the Dead. This year was a bit different for me, as I participated a bit more actively in setting up the altar at home. In previous years I had neglected to do anything elaborate to remember my departed and just placed a candle next to my father's picture. However, this year I had the opportunity to integrate it into my husband's family's altar and that gave me a lot of joy, but at the same time, a lot of work as I had to prepare the food and everything that the ofrenda should have.Hello, friends of #HiveMexico. Finally, we say goodbye to the deceased and leave behind the
Luckily, in Puebla, there were several days off due to the cultural importance of the date. So in addition to remembering our deceased, we were also able to enjoy the activities prepared by the city council. As every year the desfile de las calaveras was celebrated, where educational and cultural institutions and war bands participate. In addition, on the first of November, a pilgrimage took place through the streets of the city centre to the municipal cemetery, where a special act of remembrance took place. Honestly, I've never made much sense of parades/pilgrimages, but they are eye-catching and there is always something interesting to see, so they are events that we almost never miss.
It was a strange time, with a mixture of melancholy and joy in everyone. This year we went, as usual, to the cemetery and there the atmosphere is much stranger. To begin with, we were greeted by a huge catrina, while inside mariachi bands and singers were waiting for us, ready to provide some musical accompaniment, according to the tastes of the family member who was going to visit. There were people happy at the idea of remembering those who are no longer with us, and some sad, for the same reason.
Without a doubt, this year has been one of the best "seasons of the dead" I have experienced since I have been in Mexico. We ate delicious food (although we ended up tired of so much mole and we still have pan de muerto from the one we prepared), which we gladly shared with our "invisible" visitors, as my son would say, as well as having a good time walking around our own town to ask for the traditional calaverita, so on top of everything else, we are loaded with sweets.
Although I enjoyed it a lot and got more involved in the celebration, both at home and at Leo's (my son's) school. I think that as a foreigner, I still don't fully understand the unique relationship that Mexicans have with death and the way they remember their dead, despite having been in this country for almost 15 years. What there is no doubt about is that I am learning to enjoy and value it more and more.
Muchas gracias por leerme, nos vemos en los comentarios
Thank you very much for reading me, see you in the comments
For the best experience view this post on Liketu
Yay! 🤗
Your content has been boosted with Ecency Points
Use Ecency daily to boost your growth on platform!
Support Ecency
Vote for new Proposal
Delegate HP and earn more, by @adalathu.
Beautiful photos.
Thank you ❤️
You are welcome