El barco maldito
A principios del siglo XX, uno de los hombres más adinerados de Nueva York, decidió celebrar el cumpleaños número 25 de su hijo, incluyéndolo en una de sus inversiones más extravagantes. Experto en navegación y en el arte de ubicarse con tan solo ver las estrellas en el cielo, John recibió de su padre el regalo más preciado, un gigante barco capaz de cruzar todos los mares y romper con su envergadura las olas más violentas. La inauguración fue un evento ostentoso, se podía escucharle ruido de la música a varios metros del gran salón, el cual se encontraba ubicado estratégicamente cerca de uno de los puertos de la ciudad.
John creía que todo era celebración y felicidad esa noche. Ni siquiera logro a imaginarse que una de las nanas que tuvo en la infancia, ahora se encontraba infiltrada ilegalmente en su barco nuevo. Fue una víctima total, pues nunca se enteró de que su padre abusó de la nana que tenía cuando era niño, y luego la boto como si no valiera nada al enterarse de que había quedado embarazada. John nunca supo de la existencia de su hermano, ni mucho menos de las atrocidades que cometió su padre hace tanto tiempo, él simplemente fue el receptor de todo el karma que le esperaría en su primer viaje.
La nana era una cocinera muy talentosa, lo aprendió cuando trabajaba con su madre en varias comunidades africanas, sin embargo, no fue lo único que en lo que se instruyó en ese tiempo. Logro manejar los hilos de la brujería de gran manera, a tal magnitud, que no necesito de muchas más que un pequeño consultorio de cartas luego de que el padre de John la despidiera. La bruja, utilizando todo su poder, logro hechizar el barco, para conducirlo a un destino fatal en su primer viaje. Dejo dentro de la cabina del capitán, un pequeño muñeco de madera que solía utilizar su hijo en su infancia, como símbolo de la vida miserable que habían tenido que llevar por culpa del padre de John. La bruja más nunca supo de hijo, pues él la rechazo desde el día que se enteró de que había utilizado sus poderes para retenerlo de ir a estudiar a otro país.
John por su parte disfruto al máximo su fiesta de cumpleaños. Comió tanto que luego de esa noche comenzó a sufrir problemas fuertes de indigestión, los cuales lo obligaron a postergar su viaje en unas cuantas semanas. A pesar de eso, estaba tan emocionado con su nueva propiedad, que se mudó, y pasó todo ese tiempo de reposo inspeccionando el majestuoso barco que podía albergar 3000 pasajeros. Solía estar con su uniforme, siempre impecable, y nunca se percató de lo extraño que era ese muñeco de madera, pensó que era una simple decoración al mejor estilo pirata. Durante esos días, John perdió el sentido de la realidad, comenzó a enloquecer y se sintió abrumado por toda la magia negra que la bruja puso en su barco. No era el mismo de antes. Era mucho peor. El buen juicio y las costumbres que había aprendido desde niño se estaban ahogando en un profundo mar de locura y éxtasis.
Luego de aproximadamente un mes, se encontraba totalmente listo para comenzar su primer viaje. Le pidió a su padre que le ayudara con la publicidad, y todo lo relacionado con las ventas, cuyo destino seria Southampton. Su padre lo notó un poco extraño, con una voz un tanto retorcida, pero pensó que simplemente se debía a la emoción de finalmente cumplir su sueño, ahora sería el padre de un gran Capitán.
El barco, nombrado como Titán por John, había sido todo un éxito, pues se superó en un 80% las ventas para el primer viaje. Decidieron dividir a los pasajeros en 12 grupos, 2 por cada planta del barco, y de esta manera poder ofrecer un mejor servicio y atención a todos, de forma eficiente y ordenada.
En una fría noche de abril, el barco zarpó exitosamente, dejando un rastro de fuegos artificiales y mucha alegría entre sus pasajeros. John compartía la cabina con los demás integrantes de la tripulación, pero solía pasar bastante tiempo en una habitación privada que tenía allí mismo. En esos momentos de privacidad su locura se intensificaba aún más, no hacía otra cosa que no fuese hablar con el muñeco de madera y realizar ciertas ofrendas de comida para que estuviese tranquilo. Una de esas noches, la ofrenda debía ser diferente. El muñeco le pedía intensamente que cambiara el rumbo del barco, y John sencillamente no podía sacarse de la mente este pensamiento, fue tan agotador escuchar las voces en su interior, que terminó cediendo. Lo hizo cautelosamente, sin que ningún miembro de la tripulación se enterara del cambio de dirección.
En pocas horas, todos se despertaron sintiendo los latidos del corazón en la garganta, un intenso golpe estremeció cada rincón del barco y encendió el pánico generalizado. Había chocado contra un gigante iceberg, el cual pareció salir de la nada. Entre la densa niebla, los ingenieros a bordo se ocuparon de los daños del barco, tardando solo unos minutos en darle la noticia a su capitán de que el golpe había sido mortal. Los niveles de agua aumentaban considerablemente.
John entre el miedo, la desesperación y la locura, corrió a su habitación a pedirle consejos al muñeco de madera, quien solamente le ordeno que habilitara los botes salvavidas, sin importar que fuesen solo suficientes para uno de los 12 grupos. Ese fue un punto sin retorno para John, pues a partir de allí su mente era totalmente controlada por el muñeco de madera. Usando todos los parlantes del barco, se dirigió a todos sus pasajeros diciendo:
– “El barco se va a hundir inevitablemente, así que muchos van a morir” – Decía mientras se dibujaba una extraña sonrisa en su rostro – “La buena noticia es que hay suficientes botes salvavidas para uno de los 12 grupos, y como en cada uno de ellos hay muchas mujeres y niños, prefiero ser justo y fomentar un divertida competencia para ser el afortunado grupo salvado de la noche.” – Gritó mientras sostenía el muñeco de manera entre sus brazos. – “De todas formas no tienen alguna otra opción, los que no estén de acuerdo se pueden lanzar al mar.”
– “Necesito equipos de 7 jóvenes, no mayores de 18 años, un equipo por cada grupo de pasajeros. Estos jóvenes deberán buscar 100 llaves que he escondido en todo el barco, el equipo que logre recolectar un mayor número de llaves, le dará la salvación a todo su grupo. Quedan 3 horas antes del hundimiento."
Las familias gritaron de rabia e incomprensión ante el discurso disparatado de su capitán. La furia de los pasajeros competía fielmente con la desesperación del momento. Luego de una hora, embargados con un gran sentimiento de impotencia, 8 de los 12 grupos ya tenían equipos listos, y media hora después el capitán tenía a su disposición los 12 equipos en busca de las llaves.
El tiempo comenzaba a correr y los niños corrían de un lado para otro en busca de las llaves escondidas. Era el momento esperado por el muñeco de madera, el cual cobró vida como nunca antes lo había hecho. Se levantó del pedestal donde John lo tenía y comenzó a caminar muy tiernamente por los pasillos del barco. El endemoniado muñeco busco unos globos en su bolsillo, muy parecidos a un globo aerostático miniatura, los infló y comenzó a ofrecerlos a los niños que estaban participando en la competencia, en especial a los más pequeños. Los jóvenes más grandes no se percataron del muñeco en medio de la adrenalina de la búsqueda que deseaban finalizar.
Poco a poco, el muñeco de madera fue entregando los globos, y solo cuando se encontraban en una habitación cerrada, el globo explotaba, liberando un gas tóxico que mataba al instante al pequeño. De esta forma fue reduciendo considerablemente la cantidad de participantes. En una de esas, intentó asesinar a un pequeño de 11 años, pero cuando el globo explotó fue salvado por su hermano mayor de 18 años quien se quedó anonadado al ver el muñeco andante. Agarro el extintor de seguridad que había en el pasillo y comenzó a golpear al muñeco de manera, quien no se defendió mucho, pues ya había cumplido su función de asegurarles una muerte segura a todos.
El momento crítico estaba llegando, y nadie pudo desatar las cadenas de los botes salvavidas pues el único que tenía las llaves originales era John, y en ese momento yacía en pleno mar, hundiéndose con un grillete atado a sus pies y con las llaves en el bolsillo. Los trozos de madera del muñeco infernal, hicieron combustión espontanea, causando una increíble explosión en el cuarto del combustible a matando a gran parte de la tripulación.
Al día siguiente, y con mucha tristeza, el gobernador anunció la devastadora noticia, no hubo sobrevivientes, más de 2000 personas habían encontrado un final fatal luego del primer viaje de Titán. El padre John murió en su vejez desconsolado al nunca haber podido encontrar los retos de su amado hijo. Por su parte, la bruja construyó un pequeño búnker, con muchas rejas hechizadas, para evitar que su espíritu saliera luego de su muerte. Se suicidó al leer la lista de los fallecidos en el viaje de Titán, estaba su hijo, quien venía a reencontrarse con ella y a presentarle el nieto que nunca pudo conocer.
Gracias por leer.
English Version:
The cursed ship
In the early 20th century, one of New York's wealthiest men decided to celebrate his son's 25th birthday by including him in one of his most extravagant investments. An expert in navigation and in the art of locating himself just by looking at the stars in the sky, John received from his father the most precious gift, a giant ship capable of crossing all seas and breaking the most violent waves with its wingspan. The inauguration was an ostentatious event. You could hear the sound of music several meters away from the great hall, which was strategically located near one of the city's ports.
John believed that everything was celebration and happiness that night. He couldn't even imagine that one of the lullabies he had as a child was now illegally infiltrated into his new boat. He was a total victim, as he never found out that his father had abused the lullaby he had as a child, and then threw it away as if it were worthless when he found out he had become pregnant. John never knew of his brother's existence, much less the atrocities his father committed so long ago, he was simply the recipient of all the karma that would await him on his first trip.
The nanny was a very talented cook, she learned it when she worked with her mother in various African communities, however, it was not the only thing she learned at that time. She managed to pull the strings of witchcraft to such an extent that she needed little more than a small letter office after John's father fired her. The witch, using all her power, managed to cast a spell on the ship, to lead it to a fatal destination on its first voyage. She left inside the captain's cabin, a small wooden doll that her son used to use in his childhood, as a symbol of the miserable life they had to lead because of John's father. The witch again never knew about her son, as he rejected her from the day he found out that she had used her powers to keep him from going to study in another country.
John for his part enjoyed his birthday party to the fullest. He ate so much that after that night he began to suffer from severe problems of indigestion, which forced him to postpone his trip for a few weeks. In spite of that, he was so excited about his new property that he moved in and spent all that time resting inspecting the majestic ship that could accommodate 3,000 passengers. He used to be in his uniform, always impeccable, and never realized how strange that wooden doll was, he thought it was just a simple decoration in the best pirate style. During those days, John lost his sense of reality, began to go crazy and was overwhelmed by all the black magic that the witch put on his ship. He wasn't the same as before. He was much worse. The good judgment and habits he had learned as a child were drowning in a deep sea of madness and ecstasy.
After about a month, he was totally ready to start his first trip. He asked his father to help him with advertising, and everything related to sales, whose destination would be Southampton. His father noticed him a little strange, with a somewhat twisted voice, but he thought it was simply due to the excitement of finally fulfilling his dream, he would now be the father of a great Captain.
The ship, named Titan by John, had been a great success, with 80% more sales for the first trip. They decided to divide the passengers into 12 groups, 2 for each floor of the ship, and in this way be able to offer a better service and attention to everyone, in an efficient and orderly way.
On a cold April night, the ship sailed successfully, leaving a trail of fireworks and much joy among its passengers. John shared the cabin with the other crew members, but he used to spend quite a bit of time in a private room he had right there. In those private moments his madness intensified even more, he did nothing but talk to the wooden doll and make certain food offerings to keep him calm. One of those nights, the offering had to be different. The dummy was asking him intensely to change the course of the ship, and John simply could not get this thought out of his mind, it was so exhausting to hear the voices inside him, that he ended up giving in. He did so cautiously, without any of the crew members being aware of the change of direction.
Within a few hours, everyone woke up with a heartbeat in their throat, a loud thud shaking every corner of the ship and igniting widespread panic. It had hit a giant iceberg, which seemed to come out of nowhere. In the dense fog, the engineers on board dealt with the damage to the ship, taking only minutes to tell their captain that the blow had been fatal. The water levels were rising considerably.
John, amidst the fear, despair, and madness, rushed to his room to ask the wooden dummy for advice, who only ordered him to rig the lifeboats, regardless of whether they were sufficient for only one of the twelve groups. That was a point of no return for John, because from then on his mind was totally controlled by the wooden doll. Using all the ship's speakers, he addressed all his passengers saying:
– "The ship will inevitably sink, so many will die" – he said, with a strange smile on his face. – "The good news is there are enough lifeboats for one of the 12 groups, and since there are many women and children in each group, I prefer to be fair and encourage a fun competition to be the lucky group saved from the night." – He shouted as he held the doll in his arms. – "You don't have any other choice anyway, those who don't agree can throw themselves into the sea."
– "I need teams of 7 young people, not over 18, one team for each group of passengers. These young people will have to look for 100 keys that I have hidden all over the boat, the team that manages to collect a greater number of keys will give salvation to their whole group. Three hours left before the sinking"
The families cried out in anger and incomprehension at their captain's crazy speech. The fury of the passengers faithfully competed with the desperation of the moment. After an hour, seized with a great feeling of helplessness, 8 of the 12 groups had teams ready, and half an hour later the captain had all 12 teams at his disposal in search of the keys.
Time began to run out and the children ran back and forth in search of the hidden keys. It was the moment waited for by the wooden doll, which came to life like never before. He got up from the pedestal where John had it and began to walk very tenderly through the corridors of the ship. The devilish doll looked for some balloons in his pocket, very similar to a miniature hot air balloon, inflated them and began to offer them to the children who were participating in the competition, especially the youngest ones. The older kids did not notice the doll in the middle of the adrenaline of the search they wanted to finish.
Little by little, the wooden doll handed out the balloons, and only when they were in a closed room, the balloon exploded, releasing a toxic gas that killed the little one instantly. In this way, the number of participants was considerably reduced. In one of those, he tried to kill a little 11 year old boy, but when the balloon exploded he was saved by his older brother of 18 years old who was shocked to see the walking doll. He grabbed the fire extinguisher in the corridor and began to beat the dummy in a way that did not defend himself much, since he had already fulfilled his function of ensuring a safe death for everyone.
The critical moment was coming, and no one could untie the chains of the lifeboats because the only one who had the original keys was John, and at that moment he was lying in the middle of the sea, sinking with a shackle tied to his feet and with the keys in his pocket. The pieces of wood from the infernal dummy spontaneously combusted, causing an incredible explosion in the fuel room and killing most of the crew.
The next day, and with much sadness, the governor announced the devastating news, there were no survivors, more than 2000 people had found a fatal end after the first trip from Titan. Father John died in his grief-stricken old age never having been able to meet the challenges of his beloved son. For her part, the witch built a small bunker, with many bewitched bars, to prevent her spirit from leaving after her death. She committed suicide when she read the list of those who had died on the Titan's journey. Her son was there, who came to meet her again and introduce her to the grandson he was never able to meet.
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