El tren de mi vida se ha detenido en infinidad de estaciones. Las primeras estaciones fueron de la familia, cargadas de aromas de infancia, risas de hermanos y la voz cariñosa e impulsadora de mis padres. Más adelante, los vagones se llenaron de amigos, confidencias y sueños. En el trayecto atravesé paisajes de alegría, con amaneceres y atardeceres multicolores. Con melodías que hacían bailar el corazón.
Una vez, el tren se detuvo en una estación y la melancolía subió a bordo, dejando un vacío en mi alma. Al ella subir, mi padre descendió. Esa parada me envolvió en un manto de lágrimas. Mi entorno se tornó gris y la risa desapareció.
Varias estaciones después, la atmosfera cambio. Hubo un renacer de la esperanza. El amor subió al tren, llenando el vagón de aromas que invitaban al suspiro. Mis ojos brillaron como estrellas en una noche sin nubes y la sonrisa se mostró como un faro que iluminaba el camino.
Juntos hicimos del viaje un recorrido de pasión, nos deleitamos con ascensos de sueños y dejamos que nuestros rostros fueran acariciados por la brisa de la complicidad. Compartimos confidencias en forma de susurros. El amor nos envolvió como una cobija en noches frías.
Pero en el camino se presentó una tormenta. En la siguiente estación, la enfermedad abordó, trayendo consigo equipaje de dolor. Otra vez la alegría se convirtió en miedo, las sonrisas en lágrimas y los sueños se esfumaron.
En el ojo del huracán, nuestro amor se aferró con fuerza. Mis manos, mi mirada, se hicieron su fuerza, su brújula y mi fe, su esperanza. Pero nada mejoró. Llegamos a la estación y ella descendió con sus ojos cerrados. El viaje siguió y una cicatriz quedó en mi recuerdo.
Todavía hay muchas estaciones por visitar, nuevos pasajeros abordarán, otros se despedirán. Lo que deseo es que, al llegar al último andén, mi corazón esté lleno de gratitud por tantas emociones, paisajes de sentimientos y personas que seguro marcarán mi ser.
Con esta historia que es parte de mi viaje, he querido decir lo que interpreto de la vida. Es un cúmulo de emociones, de personas que van dejando huella en nuestra alma. Es un camino que hay que recorrer con el corazón en la mano, dispuesto a enfrentar desafíos y agradecer bendiciones. Es un viaje para aprender y servir. Porque la felicidad y la paz se muestra cuando amamos al prójimo.
Todos los Derechos Reservados. © Copyright 2023 Germán Andrade G.
Un contenido original escrito para:
Encuentro de Talentos: La vida es un viaje.
La imagen de portada fue obtenida de CANVA.
Parece mentira pero yo veo la vida con pasajeros frecuentes e intermitentes y estaciones dónde en cada una aprendemos o experimentamos.
Hermosa portada y escrito
Hola Génesis (@getheenspring).
Coincidimos entonces, la vida es un tren o un vehículo en el que vemos abordar y descender pasajeros. Cada quien es el conductor de su vehículo. Unos acompañan pocos kilómetros, otros nos acompañarán distancias largas y pocos estarán hasta el final del viaje.
Espero que tú, no te bajes del tren.
Cariños y bendiciones para tu bebe.
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Hola @germanandradeg que bonito tú contenido, ciertamente es triste cuando algunos de nuestros seres amados se nos adelantan al descender primero, por eso debemos disfrutar y valorar cada día con ellos. Un fuerte abrazo.
Cierto, hay que vivir con intensidad, valorar los momentos sin importar si son grandiosos o pequeños. Cada pasajero que aborda nuestro tren hay que recibirlo con gozo y hacer que la pase bien porque ha decidido viajar con nosotros. Algunos se bajarán en la estación inmediata y otros nos acompañarán un largo rato. Todos nos obsequiarán algo de ellos y nosotros también otorgaremos.
Mil gracias por tu bonito comentario. Sigamos viajando.
Hola @germanandradeg, me gusto como describes la travesía de tu vida.
Sin duda alguna, hay pasajeros que se bajan mas rápido de lo que creemos y nos dejan llenas de dolor y otros de alegría, y así van pasando uno a uno. Lo importante es disfrutar y apreciar lo que Dios nos coloca en el trayecto. Cada quien es dueño de lo que quiera vivir en esa travesía.
Que estés bien.
Agradecido por tu amable visita Dorys (@dorytagil2022), por tu comentario y deseo de que esté bien. Ando en reposo por una lesión en la espalda. Espero recuperarme rápido.
Así es, debemos agradecer lo que Dios maravilloso no brinda y seguir adelante con amor y alegría.
Bueno, te invito a que te subas al tren, no te vamos a cobrar pasaje, solo te pediremos una sonrisa.
Cariños desde este lado de la pantalla.
Así es amigo la vida es un mar de emociones que siempre están allí y eso n os permite saber y sentir que estamos vivos, tu texto me conmovió mucho, llegó a mi corazón, sobre todo con el dolor de cuando nuestros seres queridos van bajando y aunque otros suban y las emociones sean distintas, esa ausencia siempre está ahí recordándonos la tristeza que intentamos ocultar. Un abrazo para ti.
Hola Yeli (@yelimarin) que gusto verte por estos lados.
Mil gracias por leer mi texto y por ese hermoso comentario.
Que las bendiciones del cielo cubran tu hogar.
Sigamos viajando.
Cariños desde este lado de la pantalla.
La mejor metáfora. Un viaje en tren, y pocas veces somos el maquinista. Nos relacionamos con quienes hacen nuestro mismo trayecto y otras con los que igual que nosotros esperamos en la estación y no siempre nos montamos en el mismo tren.
Lo bueno de #Hive, es poder compartir desde los distintos trenes, con solo asomarnos a la ventana.
Un fuerte abrazo viajero @germanandradeg
Así es mi querido amigo. Qué buena forma de verlo.
Un fuerte abrazo desde este lado de la pantalla.