Un post totalmente diferente al que hemos escrito, pero con mucha verdad que lo sustente, definitivamente saciar nuestras necesidades nos genera un estado de felicidad no solo en nuestro paladar, sino en todo el organismo. Que bonito que le ayudaras a tu papi en el negocio familiar, imagino que de allí creció tu amor por la comida chatarra.
Gracias por compartir una experiencia tan personal amiga @abisag
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