Hola amigos, hoy llegó a mi mente una chiquilla con quien compartí un tiempo. Esta pequeña fue mi alumna iniciando mis pasantías, ella estudiaba 1er grado, una pequeña tímida y tranquila. En ocasiones se mareaba y presentaba continuamente malestar; una mañana la madre llegó llorando al colegio con una noticia no muy grata, después de tantos exámenes médicos y evaluaciones, le observaron un tumor en su pequeño vientre, y la doctora le mandó a realizar una tomografía. La madre lloraba porque no tenía dinero, ella trabajaba limpiando y planchando y su remuneración apenas le alcanzaba para comer y ayudar a su hija mayor quien estudiaba en la universidad; varios docentes y representantes le colaboraron y se completó el dinero para la tomografía, días después llegó el resultado (cáncer de ovario) no lo podíamos creer, con apenas 6 años ¿cómo podría tener cáncer de ovarios? Iniciaron el tratamiento y al tiempo dejó de asistir al colegio para ser internada en el hospital de niños que se encuentra a dos horas del pueblo en la ciudad de Barcelona Edo. Anzoátegui. Pasó un año y yo quedé embarazada al tener aproximadamente 4 meses decidí cambiar mis planes de parto y dar a luz en Barcelona y tener la atención de mi enfermera personal que es mi madre. Después de iniciar el control con el ginecobstetra, fui a visitar a mi alumna al hospital, estaba tan feliz de verla nuevamente, aunque ella seguía con su personalidad de niña tímida, después de conversar con su madre y con su hermana me despedí, volvía cada mes y su expresión fue cambiando y ahora me brindaba una bella sonrisa.
En una ocasión le regalé una cobija, porque no tenía y el frio en esa habitación era fuerte. En otra visita le llevé unas cartas de su maestra y amiguitos de la escuela y también un cuaderno para colorear con unos creyones. Los meses iban pasando y las quimios le pegaban más, ya le quedaba poco cabello y en una ocasión no pude conversar con ella, la tenían sedada para calmar los vómitos. Al mes siguiente fui a mi consulta y no pensaba visitarla, solo le escribí a la hermana para saber de ella, al día siguiente en la noche me pidió que oráramos por ella, porque estaba muy mal, esa noche me arrodille junto con mis hermanas y mi hija para pedir a Dios por ella. Al día siguiente decidí visitarla antes de volver a Zaraza donde yo vivía, mi hermana me dio la cola pero antes pasamos por mi mamá que salía de su guardia como enfermera en el seguro de las Garzas. Llegamos al hospital y justo en la entrada estaba la mamá de mi alumna llorando, (la niña murió en la noche), ella me abrazó con mucha fuerza y no pude contener mis lágrimas. Gracias a Dios mi hermana tenía carro y le llamé para que regresara, les ayudó a llevarlas para sacar copias del acta de defunción, ese día era domingo y todo estaba cerrado, tuvieron que hacer varios recorridos hasta que consiguieron un sitio abierto. Regrese a Zaraza y durante el viaje la tristeza me invadía, nunca imaginas tener que despedirme de mi alumna de esa forma, esa misma tarde ellos también lograron regresar a Zaraza. Al día siguiente llevaron su cuerpito a la escuela donde se le realizó un homenaje antes de su entierro.
Es triste recordar este episodio en mi vida como maestra, pero de cada experiencia se aprende. En esa ocasión aprendí que los alumnos no solo necesitan de ti en la escuela, también eres importante hasta en un hospital, que los pequeños detalles como tu presencia dan mucha alegría. Nunca sabemos que propósito tiene Dios con estos angelitos en nuestra vida pero cada momento por fuerte o triste que sea te enseñan a valorar la vida.
Autor: Aileen Díaz.
Todas las fotos son de mi propiedad
Triste noticia, el maestro suele adoptar a los alumnos como parte de su familia, y este tipo de noticias es muy triste. Lo importante es mantener los momentos de alegría junto a estos niños. Los designios de Dios son un misterio y es imposible hurgar para entender el por que de las cosas.