Pues veréis, resulta que, hace un par de años, me apunté a un taller de grabado que tuvo lugar en la antigua casa-taller del artistar Ignacio Meco, la que el artista se construyó con sus propias manos a orillas del Guadiana, frente a las Tablas (ya he compartido por aquí varias acuarelas que pinté del lugar). Este taller lo impartió José Carlos Gallo "Koche", un antiguo amigo de Meco, que tiene un taller de grabados en Madrid. Como me llamó la atención el curso me apunté. Y en ello estuve durante dos semanas de ese verano.
El grabado es una técnica que había explorado hace muchos años, cuando yo era un joven maestro de educación plástica para niños de primaria. Trabajé con xilograbado, que consiste en tallar imágenes en una plancha de madera para luego imprimir con ella las láminas, y también con linograbado, que es similar a la anterior, pero las imágenes se tallan en planchas de linóleo, más fáciles de tallar.
Además de recordar estas técnicas, en el taller tuve la oportunidad de aprender aspectos básicos del grabado calcográfico, que hace uso de planchas de cinc y cobre. Tanto técnicas directas, como el grabado con buril, punzones y otras puntas secas, a la manera negra, que es una técnica de mezotinta que crea sombras y gradaciones tonales con ruletas y otros instrumentos, como técnicas indirectas que utilizan mordientes, sustancias químicas que corroen las planchas de metal para crear imágenes. Esto incluye el aguafuerte, la aguatinta y técnicas mixtas sobre resina.
También aprendimos sobre las herramientas, aparatos y técnicas de estampación: la presión adecuada con los tórculos, la humedad adecuada del papel, el buen uso de las tintas en el entintado, secado y planchado, y la conservación de las estampas.
Resulta que uno de los ayudantes del taller de Madrid, Raúl, finalmente abrió su propio taller aquí en Daimiel. A principios de este año, me enteré de que Raúl quería poner en marcha un taller de grabado calcográfico aquí, en Daimiel, para enseñar y capacitar a los artistas supiesen hacer sus propios grabados. Me puse en contacto con él para aprender el oficio, y es lo que he estado haciendo estos meses. Primero con linoleografías, tallando en los trozos de linóleo, y luego he empezado con algunas técnicas de calcografía, grabando con punzones en planchas de cobre.
A continuación podéis ver algunas fotos tomadas en el taller:
Entintado de las planchas, con muñequilla de tarlatana, encima de la choufereta ligeramente caliente:
Estas son planchas de cinc grabadas y entintadas, listas para hacer la primeras pruebas de una estampación:
Aquí, siguiendo las indicaciones de Raúl, el maestro grabador, al pasar una plancha por el tórculo:
Comparto también algunas fotografías de los materiales de linóleo usados en las linoleografías, que se tallan con un buril. Las acompaño con alguno de los resultados. Aquí, el material que se ha quitado, los huecos, serán los blancos de la estampa tras el proceso de estampado de la tinta. Con un rodillo se le pasa la tinta por encima, y la tinta no entra en los huecos, que quedarán como blancos en el papel. En el caso de la calcografía se da lo contrario: los huecos son los que se llenan de tinta.
Como podéis ver, mientras aprendo, he estado tratando de hacer grabados de mis paisajes de fantasía y de dibujos de criaturas del universo de Lovecraft.
Si os ha gustado la entrada, puedo seguir compartiendo mis experiencias sobre grabado. Un saludo a todos.
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