Cuando uno se dirige hacia el Calaminar, siguiendo el curso del río Guadiana, se llega antes a una pradera de hierbas altas bordeada de tarayes. A mediados de abril se muestra exuberante, con una abundancia de amapolas y flores silvestres de todos los colores, que contrastan con el azul profundo y sereno del cielo.
Muy buena escritura amigo.
Bello trabajo