La lección de mi padre, la honestidad

[eremita]

Hoy, día de los padres, un pequeño homenaje a la memoria de mi padre y su ejemplo de honestidad y valores.

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Mi Padre.

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Hace muchos años, tendría yo unos diez, antes del Internet y la telefonía, la única manera de comunicarse era por cartas y el telégrafo, con el inconveniente que las cartas tardaban semanas y el telégrafo era inmediato. Yo crecí, junto con mis hermanos en un pueblo del Estado Trujillo, cuya población era de menos de dos mil habitantes, habían solo dos viejos buses que hacían el traslado hasta Valera, un viejo cine, unos pocos televisores, y mi padre era el telegrafista.

Fuente:

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La oficina de telégrafos estaba a cuadra y media arriba de la plaza Bolívar y mi padre bajaba a limpiarla y ordenar papeles todos los sábados y yo lo acompañaba porque me encantaba darle al morse y escuchar aquel sonido "tica tica tiarica tica" que emitía cuando radiaba los puntos y rayas que formaban las palabras que luego de ser transcritas en una vieja máquina de escribir, se entregaban personalmente a los destinatarios en un sobre que decía "Telégrafos de Venezuela"

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Uno de esos sábados, muy temprano, un norteamericano que vivía en una casa colonial de tres ventanas frente al telégrafo, el "señor Don Mister Link", como le decíamos sin notar la redundancia, encargado de negociar los terrenos que una compañía petrolera tenía en el pueblo, sacó el reluciente Pontiac, entró y salió varias veces de su casa, al rato arrancó y se fue. Yo, mientras tanto, tecleaba en la vieja máquina Remington historias, con tanta simulada destreza como si fuera el corresponsal de un periódico.

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Fuente:

Como a la media hora volvió el norteamericano y entró corriendo a a su casa y salió varias veces con tanta cara de preocupación y angustia que mi papá le preguntó:

-¿Qué le pasa señor Mister Link?

Éste respondió, muy apurado, que no conseguía un maletín donde tenía unos papeles muy importantes, a lo que mi padre entró a la oficina y saliendo con un maletín plateado, le volvió a preguntar:
¿No será éste?

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Mister Link casi entró corriendo al telégrafo y quiso saber el por qué lo tenía mi papá , a lo que mi papá le explicó que se había asomado a la calle y lo había visto en la acera y supuso que era de él, lo había olvidado cuando se subió a su carro.

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Mister Link sacó una llave y lo abrió y pude ver, entre el nerviosismo de sus manos, la mayor cantidad de dinero que seguramente veré junta en mi vida. Muy ordenados, el maletín estaba a reventar de fajos de billetes, entre "marrones" como le decíamos a los billetes de a cien, y dólares de alta denominación, era la totalidad del pago de un terreno que había vendido.

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Mister Link pidió cerrar la puerta de la calle y comenzó a contar todo el dinero para verificar que no faltaba nada, después buscó en su bolsillo y sacó un billete de a veinte y le pidió a mi hermano mayor, que acababa de llegar, que fuera a cambiarlo.
Mi hermano volvió al rato con el cambio y el gringo le dio a mi papá cinco bolívares de recompensa y lo felicitó por su honestidad, saludó y se fue, tan inexpresivo y formal como si acabara de enviar un telegrama.

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Fuente:

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Mi mamá, y también nosotros, estuvimos un tiempo pensando en lo qué hubiésemos podido hacer con ese dinero: enviarnos a estudiar, comprar una casa decente, montar un negocio o asegurar nuestro futuro, pero mi padre siempre se mantuvo firme en su idea de haber hecho lo correcto.

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Fuente:

Hasta que no me hice hombre no entendí la lección que nos dió mi papá, la vida fue muy difícil para todos por un tiempo muy largo y solo dos de nosotros se hicieron profesionales pero hemos resistido estoicamente los embates de la adversidad y sacado adelante nuestras familias. Casualmente, hace poco pensaba en el hecho de que, a pesar de todo, ninguno de nosotros ha estado preso ni señalado o robado siquiera una chupeta.

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Hoy, escribiendo esta historia de homenaje a mi padre, encontré la respuesta.

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Régulo Briceño.

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Fuente:

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Esta historia es real en todos sus puntos y me hizo ver la grandeza de mi padre en cuanto a los valores primordiales de la sociedad.

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Espero que les haya gustado.

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hasta otra oportunidad en el que la vida se manifieste a través de la gente buena, los imprescindibles,

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Muchas gracias

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La foto del pueblo es de mi propiedad y la tomé con mi iPhone 6.

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