Hoy la nostalgia ha morado en un pequeño rincón en mi alma, lo que sucedió fue que revisando las carpetas de fotos en mi laptop me tope con un grupo de fotos de hace ya algunos años, algunas descartadas y destinadas a la papelera, otras como estas que les muestro acá con importancia sentimental.
Nefertiti es una gatita que llego a mi vida de una forma poco habitual, les contaré como fue su llegada a mi vida. Ya les he comentado que soy un alma de gatos, quizás en mi vida pasada fui uno, pero ¿Quién podría saberlo?
Hace aproximadamente siete años estaba en Caracas, formándome para sacerdote en un seminario religioso al oeste de la ciudad, cierto día notamos que habían varios ratones dentro de la casa de formación. Cosa que nos llevo a pensar varios métodos para deshacernos de ellos, luego de un par de días de pensar y pensar, una tarde mientras algunos de mis compañeros y yo estábamos en clases de Historia de la Cultura. La profesora a mitad de la clase nos comenta que ese mismo día en la mañana había visto como abandonaban a una gatita muy linda, bajándola de un carro y dejandola a mitad del estacionamiento.
La gatita un poco confundida y asustada había quedado en medio del estacionamiento de la universidad, la profesora al darse cuenta, so intentó acercarse a ella y la llamó de alguna manera, la gatita de manera inteligente se aproximó a la profesora que la tomó y le dio de comer. Nos conto que esa gatita estaba muy asustada, y que la había dejado al cuidado de unas alumnas en el área de teatro.
Nos pregunto en la clase si alguno de nosotros sabía o conocía de alguien que quisiera adoptar a una gatita de unos 6 meses de edad aproximadamente. Y fue en ese momento que le dije a la profesora que en el seminario teníamos un problema con algunos ratones, y que una gata sería una opción que no habíamos considerado, pero no podía prometer llevarme a la gatita porque debía primero consultar con mi formador y superior de la comunidad. Ella de modo imperativo me dijo que llamará al padre de una vez a ver que decía, porque sería maravilloso poder encontrarle un hogar a esa gatita.
Salí de clases, llame al superior y le comente la situación, también admito que recurrí a cierta persuasión retorica intentando argumentar que un gato seria una solución al problemas de los ratones a corto y largo plazo, rápidamente accedió, enseguida entre al salón de clases y con una sonrisa le dije a la profesora que me llevaría a la gatita al terminar la clase.
Continúo la clase y mientras yo pensaba como llamar a la gatita, cuando bajábamos las escaleras con destino teatro le comente a la profesora que tenía dos nombres en mente para la gatita, al encontrarnos con las chicas que tenían la gatita me preguntaron si ya le tenía pensado un nombre y les dije que me gustaban dos, uno era Atenea y el otro Nefertiti. Ellas quedaron encantadas con Nefertiti porque ese era el nombre que ellas estaban pensando para la gatita, y así la nombramos.
Las chicas me pasaron una cajita donde la metí dentro y así poderla llevar a casa, llegue al auto, la puse en el asiento de atrás y partimos al seminario. Justo antes de llegar hice una parada en una tienda de mascotas y le compre su gatarina y su cajita con arena.
Nefertiti nos enamoró a todos a la primera vista, esa primera noche y las siguientes ella durmió en mi habitación mientras se adaptaba a su nuevo hogar. Era un seminario, eso la hacía una gatita medio monja (risas).
Era una gatita muy inteligente y rápidamente se adapto a nuestro horario, nos acompañaba en todos los momentos de actividad dentro del seminario, oraciones, estudio, comía a las mismas horas que nosotros, y era muy gracioso porque la señora que nos cocinaba la trataba como una persona, le hablaba tuteándola y hasta le contaba chismes (risas).
Aunque se llamaba “Nefertiti” todos le decíamos Nefer, y por las tardes al llegar de la universidad nos esperaba en la puerta de la iglesia y casi siempre que al formador le tocaba la misa de las 6 pm, ella le acompañaba. Como les dije antes, era una gata medio monja.
Aunque tiempo después, rompió uno de los votos… precisamente el de la castidad, y quedo embarazada. Tuvo 4 gatitos que al destetarlos le buscamos un hogar a cada uno.
Aunque mis compañeros en aquel momento se fueron retirando uno a uno de la vida religiosa y también yo luego, y el superior en aquel momento le busco un hogar a la gatita porque también estaban pensando mudar el seminario a otra ciudad.
Y así Nefertiti llego a mi vida y también se fue, era una gata hermosa y muy inteligente. Yo soy muy apegado a los gatos, y al recordarla lo hago con nostalgia y me pregunto cómo estará en este momento y como la trataran en donde esta, solo deseo que le aprecien, puedo asegurar que era educada.
Que linda historia y que triste que no sabes nada de Nerfertiti, uno se encariña mucho con estos peludos y sabe que cada uno de ellos es diferente y único, yo no imagino mi vida sin al menos un gato en ella. Saludos mi querido amigo @filoriologo.