Un lindo texto. En mi juventud llegué a ser reo de la nostalgia por sentir muchas veces la soledad. Con el paso del tiempo fui sintiendo la compañía de una fuerza espiritual que anidaba en mi corazón. Gracias por compartir. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Gracias amigo Irvin por tu valioso comentario. Gracias por el apoyo.! saludos desde Caracas.