Las largas caminatas suelen hacer mucho bien, y no me refiero únicamente en el aspecto de la salud, en el que es evidente que termina todo por ser un gran aporte para nuestro organismo, ya que permite que nuestros músculos y nuestro corazón se active, de igual manera nuestro cerebro recibe más oxígeno y funciona mejor, sino por otros aspectos que en parte estas actividades promueven.
Es una manera de estar sólo contigo mismo, lo cual debe hacerte reflexionar, de manera obligada, quieras o no. Las caminatas son una manera de aislarte en ti mientras estás en soledad, incluso si no lo estas, porque puedes tener la mejor disposición de centrarte en ti. Es algo de lo que hago cuando necesito pensar algunas cosas, o si necesito dar respuesta a aspectos integrales en mi vida.
No siempre las cosas van marchando como lo esperas, así que es lógico que no podamos tener control siempre de todo, pero de lo que si podemos,, y deberíamos, es tener el control sobre como nos sentimos con respecto a lo que ocurre con nosotros en nuestro aspecto mental, pero sé que no es fácil tener control sobre el, implica muchas cosas que a veces parecen imposibles de controlar, de asimilar, pero en realidad no son imposibles, son difíciles, que es algo muy distinto.
A veces esa conversación con nosotros, que sólo es posible en soledad, puede que con la caminata, mientras llega más sangre a nuestro cerebro y a nuestra mente, se da de mejor manera. Por eso hablo de caminar como un gran beneficio, y más allá de la salud física que nos puede proveer, sino pensando en la salud mental, esa que suele ser un poco dejada a un lado, pero que es indispensable para una vida completamente sana.
Caminar para mi los fines de semana es algo que es rutina, es necesario hacerlo para poder empezar la semana con mejor pie, es algo que no dejo de hacer, particularmente los domingos, días que suelo regalarme unos minutos en soledad para caminar y pensar, cuando regreso a casa después de ese proceso, siento que llego con la mente más clara, dispuesto a seguir evolucionando.
Parece ser una rutina un poco tonta, para algunos incluso pudiera ser no considerada por ciertas personas como algo que pudiera solucionar nada, pero para mi es necesario, son de los pocos momentos que suelo tener en soledad, conmigo, y es algo valioso.