Entre los de mi generación, un filme que se convirtió en obra de culto fue Apocalipsis ahora | Apocalypse Now, realizada en 1979 por uno de los más importantes cineastas estadounidenses, Francis Ford Coppola, el de El padrino y Drácula, entre muchos otros. No sé cuántos usuarios de esta plataforma conocerán el filme; en todo caso, recomiendo que lo busquen y vean (existe copia completa en Youtube), pues se trata de una realización clave en la cinematografía contemporánea.
Lo anterior es para subrayar que el filme Apocalypse Now es una versión muy libre –adapta la historia a hechos contemporáneos- de una breve novela: El corazón de las tinieblas (Heart of Darkness), de 1899, del escritor polaco, nacionalizado inglés (luego de trasladarse a Inglaterra), Joseph Conrad, autor que naciera el 3 de noviembre de 1857, y de quien pasaré a hablar a continuación.
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Joseph Conrad es referencia obligada al revisar la novelística moderna (finales del s. XIX y primeras décadas del s. XX), como lo pueden ser Robert Louis Stevenson, Fiodor Dostoyevski, Henry James, Franz Kafka, Marcel Proust, por nombrar solo algunos. Fue autor de novelas muy famosas, como Lord Jim (1900), El agente secreto (1907), La línea de sombra (1917), varias adaptadas al cine. Quizás su breve novela El corazón de las tinieblas no haya sido tan leída, aunque es una pequeña joya narrativa, y en ella me centraré.
Conrad, por sus viajes como inmigrante y las necesidades de trabajo (desde tripulante hasta oficial mercante), tuvo una amplia experiencia como navegante. Así llegó a conocer regiones asiáticas y africanas, y, sobre todo, individuos de variada condición humana, caracteres que enriquecen su obra novelística, tal como ocurre con la que nos interesa esta vez.
En El corazón de la tinieblas hay algo de autobiográfico, pero tamizado por la visión narrativa. Su historia ocurre en el África Central, como parte del complicado proceso de colonización llevado a cabo por Inglaterra. En la novela, aunque usando un estilo directo y sencillo, Conrad acude al recurso de la narración dentro de la narración. Entonces, acudimos, en la tradición inaugurada por Cervantes, al relato primero de un narrador testigo (Conrad como personaje narrador) que, como tripulante en un viaje comercial, escucha la narración de otro, Marlow –quien fuera capitán de un vapor y agente comercial de una compañía inglesa comercializadora de marfil–, de su viaje por el río y la selva para llegar hasta el lugar en el Congo donde está Kurtz, agente comercial al que debe relevar, ya que está gravemente enfermo.
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Varios aspectos cautivan en esta pequeña novela. Para mí hay dos especiales: primero, el modo como la narración, a través de una descripción muy sugestiva, nos va adentrando en ese viaje tardo y prolongado -al igual que el río que atraviesa la historia-, para llegar al punto representativo de esa oscuridad: Kurtz; segundo, la preparación psicológica que el narrador primero y Marlow hacen -para el lector- del personaje que es la gran metáfora del libro (recogida en su título), Kurtz, su encuentro con él y su muerte.
Sobre El corazón de la tinieblas y el personaje Kurtz se han escrito lúcidas páginas. No pretendo “descubrir el agua tibia”, pero sí me gustaría precisar que la novela es quizás una de la obras más significativas en el tratamiento del desafío del hombre ante las zonas ocultas y oscuras de su propia interioridad, que se concreta en la figura de Kurtz, poseído por la fuerza terrible de la naturaleza y de los instintos primitivos, en enfrentamiento con las falsedades de la vida civilizada. La expresión máxima de esta experiencia de los límites estará recogida en la declaración estertorea de Kurtz : ”¡El horror! ¡El horror!”, quejido que bien podría expresar el sentimiento agónico de una gran parte de la humanidad.
Intentaré ilustrar lo dicho por medio de algunas citas del libro, reduciéndolas a la mínima muestra para no abusar de su lectura.
(…) el silencio de la tierra se le adentraba a uno en el mismísimo corazón: su misterio, su grandeza, la asombrosa realidad de su vida oculta.
La suya era una oscuridad impenetrable. Le miré como uno observa a un hombre que yace en el fondo de un precipicio donde el sol no brilla nunca.
Al entar una noche con una vela, me quedé maravillado cuando le oí decir, con voz algo temblorosa. “Yazgo aquí, en la oscuridad, esperando la muerte” (…)
(…) En aquella cara de marfil vi la expresión del orgullo sombrío, del poder despiadado, del terror pavoroso; de una desesperación intensa y desesperanzada (…) Gritó en susurros a alguna imagen, a alguna visión; gritó dos veces, un grito no más fuerte que una exhalación: “¡El horror! ¡El horror!
El destino. ¡Mi destino! La vida es una bufonada: esa disposición misteriosa de implacable lógica para un objetivo vano. Lo más que se puede esperar de ella es un cierto conocimiento de uno mismo –que llega demasiado tarde– (…) Esta es la razón por la que afirmo que Kurtz era un hombre fuera de lo normal. Él tenía algo que decir. Lo dijo. (…) él había recapitulado; había juzgado. “¡El horror!”.
Y tal vez en eso resida toda la diferencia; tal vez toda la sabiduría, toda la verdad y toda la sinceridad están comprimidas en ese inapreciable momento del tiempo en que traspasamos el umbral de lo invisible.
Referencia:
Conrad, Joseph (1980). El corazón de las tinieblas (2ª ed.). España: Alianza Editorial.
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Como ya dijimos, la versión que se presenta en Apocalyse Now es bastante libre; aunque el espíritu de la novela de Conrad se conserva, se introducen cambios fundamentales, como que Kurtz es coronel de la FFAA estadounidenses que está en Camboya-Vietnam, y muere ejecutado por un oficial norteamericano cuya misión es liquidarlo por la amenaza que implica para el establishment.
Uno de los mejores momentos del cine contemporáneo sería, precisamente, las últimas secuencias de este filme, en el que Kurtz es protagonizado por el gran Marlon Brando. Les dejo el enlace de una escena próxima al final:
Leer Conrad en su versión original en inglés es un deleite. El relato "Heart of Darkness" es su obra mejor lograda, la cual he leído muchas veces. Es sorprendente constatar su dominio idioma inglés, a pesar que lo aprendió de adulto y que lo hablaba con un fuerte acento extranjero.
La película de "Apocalipsis Now" es una de mis favoritas (la fotografía forma parte integral en la narrativa). Hay varias ediciones la original, alrededor del 2000 salió un "Director's cut" y en el 2019 sacaron el "final cut".
Por cierto en el 2019 estrenaron la película "Ad Astra" es la misma historia ambientada en un contexto de science fiction.
Estoy planeando publicar un post sobre lo que menciono en este comentario. Qué bueno que escribiste sobre Conrad y Apocalipsis Now.
Saludos.
¡Qué bueno que has leído mi post! Asombrosamente al momento. Agradezco mucho tu comentario. Saludos, @nenio.
Lamentablemente no tengo la destreza para leer rn inglés. Conozco las dos versiones de Apocalyse Now. No sabía de ese otro filme que nomnras: Ad Astra. ¿Sabes con qué título la difundieron en español?
#posh
Nuevamente nos regalas un artículo interesante, ahora para apreciar la escritura de este autor , cuya novela, confieso, no pude terminar de leer, como me pasó alguna vez con País portátil y María. He anotado en mi memoria varios puntos de interés que seguro me servirán cuando procure mi segundo intento de lectura.
Hola, amigo. El corazón de las tinieblas es, desde mi apreciación, una joya novelística; además, es muy breve: unas 115 páginas aproximadamente. Te recomiendo que la leas, y para ti, que estás vinculado a espacios fluviales y selváticos, seguramente te guste. Saludos.