Dicen, aunque yo no sé si es verdad pero por si acaso cruzo los dedos, que por las venas de los escultores circula la sangre de Medusa –a quien la celosa Hera otorgó el don de convertir en piedra todo aquello cuanto miraba- y que por dicha circunstancia, nacen todos predestinados a moldear la piedra hasta rozar la perfección.
Un buen ejemplo de ello, sería Auguste Rodin, de quien se dice que tenía la extraordinaria facultad de moldear el mármol con la misma sutileza con la que los niños comienzan a desarrollar sus habilidades artísticas, transfiriendo fantasía a un pedazo de plastilina.
Pero a pesar de nacer con los genes de Medusa, no todos los escultores alcanzan la fama y de algunos incluso se comenta, que al igual que el doctor Fausto de la famosa leyenda medieval, para hacerse notar, venden su alma al Diablo.
De todos es sabido, que los pactos con el Diablo no suelen salir bien, sobre todo porque el éxito, como la vida y como los sueños, es breve –un frenesí, una ilusión- y hay personas cuya vanidad es tan grande, como poca su valía, que cuando llega la hora crucial intentan, por todos los medios imaginables, faltar a su compromiso.
Por eso, se dice de esta fuente –aunque yo no soy muy dado a creer todas las leyendas urbanas que me cuentan- que en el interior de las tres ranas de bronce que la coronan, están aprisionadas las almas de un escultor y sus dos aprendices, que envidiosos de un escultor que había conseguido cierto reconocimiento en base a su esfuerzo, buen hacer y perseverancia, hicieron un pacto con Diablo y al no querer cumplirlo, éste, que como dice el refrán, sabe más por viejo que por diablo, se tomó cumplida justicia.
Si es o no verdad, yo no lo sé, pero sí sé, en cambio, que el que juega con fuego, tarde o temprano, termina por quemarse.
AVISO: Tanto el texto, como las fotografías que lo acompañan, son de mi exclusiva propiedad intelectual.
hola que bonito y que buen castigo jajjaajajjajaj las ranas todas con almas atrapadas
feliz miércoles juankar
Sí, ja, ja, ja...por eso hay que tener mucho cuidado con quien se pacta. Feliz día