Frágil amanecer
vuelvo a sentir mi corazón,
veo los rayos del sol,
asomarse por mi balcón.
Pequeñas velas de sedas,
encienden mi alrededor,
no las apagues ahorita,
iluminan mi amor.
Es un refugio acogedor,
como las olas de mar,
que se lleva mi sueño,
dejando su estelar.
Es como una fila frágil,
de caballitos de mar,
van a la ciudad de las algas,
pues ellos quieren bailar.
Es como una fuente de salvación,
que vuela a mí alrededor,
de la tierra subo al cielo,
y me llueve un chaparrón.
El sol se pone triste,
y cambia de color,
ya no es amarillo,
ni tiene resplandor.
No quiero apagar el fuego,
que se parte en mil reflejos,
va rumbo al riachuelo,
para merecer un lucero.
Se ha dormido la noche,
con aroma de una flor,
añorando que regrese,
la mañana en mi corazón.