Para tí amor mío, en el quinto mes del año, tú mes de cumpleaños, el hermoso mes de la mujer, el radiante mes de las madres, de las flores y el mes sagrado dedicado a la Virgencita, la madre inmaculada de Dios
Amada mía; por ahora, solo tengo dinero para regalarte un pequeño ramo de flores; modesto pero bonito, con él quiero expresarte mi agradecimiento por lo buena que has sido conmigo; y a la vez, manifestarte mi amor infinito.
Reconozco tu valía, eres excelente esposa y madre, estoy orgulloso de tí; muy agradecido con Dios y con la vida porque estamos juntos y felices, también porque nuestra familia es hermosa y nuestro hogar cálido, lleno de alegría, amor y paz.
Te felicito porque; además, eres una extraordinaria mujer; te admiro y estoy orgulloso de tí porque tú vida personal y como ciudadana, es ejemplar.
Tú has sido reconocida por muchos como una excelente persona y brillante profesional, tu vida académica ha estado sellada por la excelencia, y refrendada; principalmente, por la moral y la ética.
Es justo reconocer tus méritos, eres muy inteligente, tienes el don de la sabiduría; es por eso, que toda labor que realizas la haces con amor, pasión, entrega y dedicación; por esa razón, tus resultados son de altísima calidad y tus metas coronadas con los laureles del éxito.