Les traigo mi primer #StoryTime contándoles una de las mejores historias qué tuve que vivir a corta edad para ser verdad pero sin duda alguna agradecida de cómo fueron las cosas y especialmente con él.
Está historia se las cuento con su consentimiento ya qué él también le parecía divertido contarles cómo fue qué me di cuenta que era gay, además de qué cabe recordar que éramos muy jóvenes, alrededor de 15 y 16 años.
Nos conocimos en un pequeño campamento el cuál hacían todos los años a mediados del mes de agosto antes de qué comenzara el regreso a clases, mis papás siempre me han llevado al campamento desde qué los fundaron y era prácticamente una tradición y para ser sincera no me quejaba porqué disfrutaba ir, me gustaba mucho poder conocer a personas nuevas y hacer actividades recreativas por montón, íbamos al parque, a la piscina, bailábamos, jugábamos y más, y ya sabíamos qué al ver llegar nuestro padres era la hora de irnos y regresar al otro día y obviamente me entristecía un poco pero sabía qué quedaban algunos días para poder seguir disfrutando de todo aquello.
Un día nuestros recreadores tuvieron la excelente idea de hacer una competencia de baile en la cuál todos participamos, nos divertimos mucho para ser verdad, muchos de mis amigos sé atrevieron a bailar en frente de todos y hacían sus pasos raros, unos más locos qué otros pero no más que los mismo recreadores. En un momento animaron a los chicos a bailar también y en esa sé encontraba él, verlo bailar me causó tanta risa qué me puse roja cómo un tómate. Obviamente ya él se había dado cuenta y sé acerco a mi, de una me hice la loca y esperé qué llegará, su nombre era Yahir y fue ahí qué comenzó nuestra historia.
Al pasar los días nos fuimos conociendo más, obviamente siempre noté que tenía una parte afeminado pero la verdad no le presté mucha atención. Llego el último día del campamento y eso significaba qué no podría verlo más, ese día me sentía muy triste y él lo notó, minutos antes de irme tuvo la increíble idea de pedirme ser su novia y yo babeada por él no le diría qué no.
Mantuvimos comunicación siempre, a pesar de qué no lo veía sabía que le interesaba tanto cómo él a mi, pero si habían actitudes qué me ponían a pensar bastante. Vivíamos dedicándonos canciones qué hoy en día aún las escucho y me recuerdan a él y viceversa, cómo "We dont talk anymore", una de mis favoritas.
Tiempo después sin más perdimos comunicación, me dolió mucho y no dejé de pensar en él así qué siempre tuve la idea de buscarlo para saber que era de su vida.
Un día sin más recibí un mensaje de él felicitándome por mi cumpleaños y me hizo tan feliz saber de él de nuevo, así qué no pude evitarlo y pasé horas stalkeandolo, pero me conseguí con publicaciones donde sé decía "te amo" con otros chicos y créanme qué no fue fácil asimilar la información. Investigaba e investigaba y simplemente no me quedó más que aceptar qué era gay.
Hoy en día somos muy grandes amigos, vivimos contándonos nuestros desastres en el amor y aconsejándonos. Aprendí a quererlo y saber de su nuevo mundo y déjenme decirles qué él no es diferente en ningún sentido, solo le gustan los de su mismo sexo y ya. Aprendamos aceptar y no juzgar, ni burlarnos de los demás, al fin y al cabo cómo decía Canserbero: All we need is love/ Todo lo que necesitamos es amor.
Les deseo un feliz Jueves y pronto nos veremos nuevamente.
Hola María me parecio algo gracioso tu post, porque a mi me sucedio algo parecido a los 18 años, siempre supuse que era un buen chico porque me respetaba, y me respondía con besos cortos, así paso más de un año, no recuerdo porque termino la relación, lo cierto es que con el tiempo descubrí que era gey y tenia una pareja masculina.
Me agrada saber qué te hayas sentido identificada, creo que es un tema que debemos comenzar a normalizar y sin duda espero qué tu ex esté siendo tan feliz cómo tú. Saludos