Niña de mirada clara y perdida ¿acaso has escondido aquel universo triste en tus pupilas? Negros faroles alumbran tu vida, luz palpitante y melancólica que muere en las noches cuando duermes... Noches benditas las tuyas, noches benditas aquellas que velan tu mirada desnuda, soñadora y capaz.
No te escondas niña, mis ojos ya no miran, ciegos permanecen ya. Necesito de esas pupilas, negras y entristecidas para ver más allá. Tiritante y silencioso el universo mío, como el fuego del cerillo extinto casi esta. Abre tus ventanas para mi esta noche, cargame los ojos con tus sueños y alumbrame el sendero con la mirada tuya.
Muestrame el mundo a través de tus ojos; niña de mirada clara y universo triste, que mi mundo ha muerto y ya no existe. Muestrame de nuevo el mundo amada mía, abre mis ojos con los tuyos y entonces sorprendidos estarán, ya no serás aquella de mirada triste y yo no seré un ciego jamás.
