En una situación como suelen pasar las cosas malas, ocurre de forma inesperada y con tema de no estar preparado frente a una injusticia como tal de ser acusado y encarcelado por algo que no has hecho, surge una avalancha de situaciones donde necesité de la ayuda que alguien me pudiera dar. Muy lejos de mi familia y en una ciudad donde a penas tenía pocos meses, no era la mejor condición para que se prestara una ayuda oportuna, pero no fue el caso afortunadamente.
Junto a mí estaban dos compañeros acusados igualmente de manera injusta, ya los conocía y a sus familias, esas fueron las manos (principalmente) que sirvieron para hacer llegar la ayuda con ropa, artículos de aseo, medicinas y comida, de forma diaria durante más de 100 días que estuvimos allí.
He querido contar mi experiencia por partes, ya que consideré que todo en un post quedaría reducido y tal vez quedarían por fuera cosas que me gustaría expresar, no ha sido intención alargarlo por otro tema más que el personal.
Me adoptaron como uno más de la familia, mi propia familia les hacía llegar los recursos y ellos compraban lo que hacía falta, para ellos no era fácil porque debían levantarse a las 4 am para preparar todo y llevarlo en la mañana, hacer una cola donde revisaban la comida y lo que trajeran, llevaron horas de sol y lluvia en ocasiones.
La sensación de depender totalmente de ellos no era agradable, yo llevo mucho tiempo viviendo solo e independiente, pero era lo que menos me preocupaba, porque también eran ellos quienes hacían los trámites legales para tratar de sacarnos de allí, siendo objeto de engaños y abusos por parte de personas que sabiendo la situación de desespero en que se encuentran los familiares, hacen más mal y muchas veces ninguno o poco bien para alegar la agonía y seguir aprovechándose.
Las noticias que llegaban eran pocas, más que todo por carta, algo muy lento y desesperante en esa situación, tampoco podían decir muchas cosas, porque leían las cartas, si no les gustaba algo que decían, entonces no la dejaban pasar. Llegando un punto donde las cartas se volvían monótonas y repetitivas, "tengan fe y estén tranquilos" era lo que se repetía, teniendo el efecto contrario más que todo en mis compañeros, yo luchaba contra la desesperación, en ese lugar perder la esperanza te conduce a un camino donde también puedes perder la cordura o la vida.
Lo que nos llegara teníamos que administrarlo sabiamente, era una sola vez al día que podía ingresar algo, pero el hambre y las necesidades ocurren en turnos diferentes, tocaba adaptarse, también compartir una parte de lo que tenías, era algo para demostrar humanidad, pero también para mantener buenas relaciones con otros que pudieran apoyarte con protección y ayuda en otras cosas que pudieran surgir, te daban consejos de que hacer en varias situaciones y como comportarte y hablar para no caer en problemas.
La comida aparte de algo obviamente necesario, también era algo sagrado, algún gesto mal hecho, desperdiciar o dejar dañar, una comida podría ser tema de pelea, allí hay muchos que su familia no les lleva nada, ya sea por problemas económicos, por vivir muy lejos o porque los hayan abandonado a su suerte, con ellos principalmente se compartía muchas cosas, normalmente con gentileza eran bien recibidos y siempre prestos a ayudar como gesto recíproco. También era sagrado, porque para quienes lo recibían, sabían el esfuerzo que hacía su familia porque eso les llegara, así que cualquier mal gesto con la comida era visto como un insulto a su familia.
Con tantas normas y reglas, en un lugar donde siempre hay al menos una persona viéndote, es como si te vigilaran, pero todos estábamos en igual situación frente a eso. No por eso dejaba de ser algo tenso y estresante en algún momento. La comida no siempre era suficiente, no era obligatorio el compartirla, podías comer solo si quisieras, pero si un día te falta la comida, y por supuesto que llega a suceder, entonces los demás no compartirán contigo por haber sido egoísta, era prácticamente la única razón por la que se le negaba la comida a alguien necesitado.
El compartir no era problema para mí, porque sé que traía buenos beneficios, muchas veces, cuando era poco, era también un sacrificio porque quedaba con hambre hasta el día siguiente, aunque en ocasiones surgía alguien con quien ya hubiera compartido y que devolviendo el gesto, compartía de lo suyo, viendo que no había llegado comida suficiente.
No era culpa de los familiares afuera, a veces surgían percances o el dinero escaseaba y resolvían hasta donde podían, igualmente yo estaba muy agradecido con cada cosa que llegaba, ver una bolsa o un envase con mi nombre era como destapar un regalo todos los días, saber que mi familia me estaba auxiliado era algo gratificante, pero que estas personas que a penas me conocían me atendieran como lo hicieron, fue algo muy grande y especial para mí.
Estando allá tuve la oportunidad de escribir dos poemas para esas personas especiales que nos ayudaron y atendieron. El primero fue para que mis compañeros se lo dieran a sus esposas y madres, también sirviendo para cualquiera de los otros presos que tuvieran a sus familias ayudándole. El segundo era de mi parte para quienes me ayudaron a mí en particular, no era mucho lo que podía hacer allí para agradecerles, pero ya que tengo esa habilidad para escribir me inspiré para agradecerles.
Dame de tu luz
Oscura se tinta tu piel
mientras la mía palidece,
los días saben a hiel
y el corazón lo padece.
El sol que te achicharra
hoy a mí me hace falta,
mi alma entera te añora
y mi corazón ya no salta.
Dame de tu luz
en mis oscuros días
para así cargar esta cruz
y cambiar las melodías.
Llegará el día de luz
tocaré tu piel tintada,
besarte sería un plus
y mi alma será liberada.
Mil bendiciones
Benditas tus manos
qué con amor me cuidaron
en oscuros días
Dios cuidó tus pasos
que hasta mí trajeron
la ayuda que me darías.
Tu cansancio tendrá premio
venido de la mano de Dios
no te mereces menos,
y de parte de lo mío,
gracias de uno que no son dos
y un amor que va sin frenos.
Las horas pasaron más rápido,
el piso menos frío,
el hambre fue saciada,
por eso a Dios le pido
abundancia y amor sin lío
y la tristeza para ti sea cosa pasada.
Gracias también a quienes me han apoyado en sus comentarios y con votos, sus palabras son muy sentidas para mí. Espero que les sirva como una pequeña ventana a ese mundo, sin que tengan que jamás estar allí, que tal vez puedan comprender un poco a los que de allí han salido y tratan rehacer sus vidas, así como yo lo estoy intentando ahora.
Tengo otros poemas que escribí estando allí, no estoy seguro de compartirlos, al menos no de esta forma. Para los amigos lectores asiduos, notarán la diferencia del contenido.
Imagen de portada de mi propiedad, editada con "Multi layer app"
My Imprisonment Part 3 - Help
In a situation as bad things usually happen, it happens unexpectedly and with the fear of not being prepared for an injustice such as being accused and imprisoned for something you have not done, an avalanche of situations arises where I needed the help that someone could give me. Far away from my family and in a city where I was only a few months old, it was not the best condition to get timely help, but fortunately it was not the case.
Next to me were two companions also accused in an unjust way, I already knew them and their families, those were the hands (mainly) that served to bring help with clothes, toiletries, medicines and food, on a daily basis for more than 100 days that we were there.
I have wanted to tell my experience in parts, since I considered that everything in a post would be reduced and perhaps things that I would like to express would be left out, it has not been my intention to lengthen it for any other topic than the personal one.
They adopted me as one of the family, my own family made them get the resources and they bought what was needed, for them it was not easy because they had to get up at 4 am to prepare everything and take it in the morning, stand in line where they checked the food and what they brought, they took hours of sun and rain at times.
The feeling of being totally dependent on them was not pleasant, I have been living alone and independent for a long time, but it was what worried me the least, because they were also the ones who made the legal procedures to try to get us out of there, being subject to deceit and abuse by people who knowing the desperate situation in which the relatives are, do more harm and often none or little good to plead the agony and continue taking advantage.
The news that arrived were few, mostly by letter, something very slow and desperate in that situation, they could not say many things either, because they read the letters, if they did not like something they said, then they did not let it pass. Reaching a point where the letters became monotonous and repetitive, "have faith and be calm" was what was repeated, having the opposite effect more than anything in my companions, I fought against despair, in that place losing hope leads you to a path where you can also lose your sanity or your life.
What came to us we had to manage it wisely, it was only once a day that could enter something, but hunger and needs occur in different shifts, had to adapt, also share a part of what you had, it was something to show humanity, but also to maintain good relationships with others who could support you with protection and help in other things that might arise, they gave you advice on what to do in various situations and how to behave and talk to not get into trouble.
The food apart from something obviously necessary, it was also something sacred, any gesture done wrong, wasting or leaving a meal could be the subject of a fight, there are many that their family does not bring them anything, either because of economic problems, because they live far away or because they have been abandoned to their fate, with them mainly many things were shared, usually with kindness they were well received and always ready to help as a reciprocal gesture. It was also sacred, because for those who received it, they knew the effort that their family made for it to reach them, so any bad gesture with the food was seen as an insult to their family.
With so many rules and regulations, in a place where there is always at least one person watching you, it is as if you were being watched, but we were all in the same situation. It was still tense and stressful at times. The food was not always enough, it was not mandatory to share it, you could eat alone if you wanted to, but if one day you lacked food, and of course it would happen, then the others would not share with you because you were selfish, it was practically the only reason to deny food to someone in need.
Sharing was not a problem for me, because I know that it brought good benefits, many times, when it was little, it was also a sacrifice because I was hungry until the next day, although sometimes someone with whom I had already shared would come along and returning the gesture, they would share what was theirs, seeing that not enough food had arrived.
It was not the fault of the relatives outside, sometimes there were mishaps or money was scarce and they solved as far as they could, but I was very grateful with every thing that arrived, seeing a bag or a container with my name was like uncovering a gift every day, knowing that my family was helping me was something gratifying, but that these people who barely knew me took care of me as they did, was something very big and special for me.
While there I had the opportunity to write two poems for those special people who helped and cared for us. The first was for my fellow prisoners to give to their wives and mothers, also serving for any of the other prisoners who had their families helping them. The second was from me to those who helped me in particular, not much I could do there to thank them, but since I have that writing ability I was inspired to thank them.
Give me of your light
Your skin is inky dark
while mine pales,
the days taste like gall
and the heart suffers.
The sun that scorches you
is missing for me today,
my whole soul longs for you
and my heart no longer leaps.
Give me of your light
in my dark days
so that I may carry this cross
and change the melodies.
The day of light will come
I will touch your tinted skin,
kissing you would be a plus
and my soul will be liberated.
A thousand blessings
Blessed are your hands
that lovingly cared for me
in dark days
God watched over your steps
that brought to me
the help you would give me.
Your weariness will be rewarded
from the hand of God
you deserve no less,
and part of mine,
graces of one that are not two
and a love that goes without brakes.
The hours passed faster,
the floor less cold,
hunger was satiated,
so I ask God for abundance
abundance and love without mess
and sadness for you is a thing of the past.
Thank you also to those who have supported me in your comments and with votes, your words are very heartfelt to me. I hope it serves as a small window into that world, without you ever having to be there, that perhaps you can understand a little of those who have left and are trying to rebuild their lives, just as I am trying to do now.
I have other poems I wrote while there, I'm not sure I'll share them, at least not in this form. For regular reader friends, you will notice the difference in content.
Cover image of my own, edited with "Multi layer app".
