Un campamento cambió mi vida
La noticia de la cuarentena no nos llegó. No había cobertura de internet en la zona. La idea era disfrutar la naturaleza con un mínimo de tecnología. La estadía, una semana.
Al regresar no se nos permitió el acceso al pueblo, se nos pidió regresar a la zona de camping y esperar la visita de los funcionarios de salud para determinar si alguno estaba infectado. Fueron muy diligentes, realizaron los análisis y en el preliminar, una de las chicas dio positivo. En conclusión, se llevaron a la chica con una acompañante y nos dejaron a los demás en cuarentena. Nos surtieron de lo necesario para continuar el camping.
Después de un rato de conversar sobre que íbamos a hacer durante 15 largos días, sin llegar a un acuerdo, nos fuimos a dormir.
A la mañana siguiente me despertó el grato olor del café y me levanté, decidida a disfrutar de esos días con las ocurrencias más divertidas en las que pudiese incluirme. Todos estaban durmiendo, excepto Marcia y Justín, los mayores del grupo y ambientalistas. Decidí unirme a ellos. Eran pareja desde hacía varios años y muy agradables. Con ellos exploré la parte del bosque más cercana al camping. Me entusiasmé con su amor a cuanto bicho viviente encontrábamos en la ruta, su observación de las plantas y los comentarios que realizaban mientras tomaban fotografías a diestra y siniestra. Posé con Justín, posé con Marcia y tomé fotos de ellos junto a algunos ejemplares. El mundo de los insectos era un objetivo permanente de sus fotos macro. Nos paramos a comer nuestras viandas en la orilla de un pequeño arroyo, bajo la sombra de unos sauces.
El regreso, también lento, armonioso permitió nuevas fotografías. Confieso que sentí envidia de Marcia. Justín se veía tan hermoso y galante. Pasé un día maravilloso y de una vez me anoté para el siguiente día.
-Necesitamos más café.- Y mientras lo montaba- ¿Quieres acompañarnos hoy, Julián?
Éste respondió afirmativamente, tan rápido que esta vez las risas fueron colectivas.
-Se ve que estás aburrido- comenté yo y él sólo hizo un pequeño movimiento con los hombros.
El día fue igualmente entretenido, realmente Marcia y Justín actuaban como anfitriones, haciéndonos sentir guiados y protegidos. Julián me miraba mucho y sorprendí a Justín mirándolo de reojo y mostrar una sonrisa. Qué bella sonrisa tiene y sentí cierta molestia hacia Julián.
Esta vez colaboré con Claudia y Mirna en la preparación de la cena. Era fácil pues todo era preparado y disponíamos de un parrillero en el motor home de Claudia.
Estaba agotada cuando me fui a dormir, pero pensé que había perdido muchas oportunidades de disfrutar la naturaleza. El camping me cambió en muchos aspectos.
Nos alejamos un poco más de lo habitual, pues ya mi marcha era más segura y Julián parecía tener entrenamiento en largas caminatas. Era maratonista, me confesó. Del otro lado del arroyuelo, mal pisé una piedra y caí entre piedras y hojarasca. Los tres volaron a ayudarme.
-Problema con el tobillo y tal vez algo más. No debes mover el pie.- Dictaminó Julián, tras palpar el área.
-Ujum - Confirmó Justín.
Marcia se sentó a mi lado, revisó mis manos y brazos, también los raspones de los rodillas. Luego me dio una palmadita sobre el dorso de la mano. Y ratificó la instrucción:
-No muevas el pie
Ni se me ocurría eso. El dolor físico era insufrible y el moral, ni se diga. Estropeé el día y el dolor me mataba.
Me trasladaron al lugar donde hacíamos descanso, bien cobijado del sol y sobre la manta que usábamos de mantel me dejaron. Y allí me quedé en compañía de Julián, mientras la pareja iba por ayuda.
Tenía ganas de llorar. Julián hablaba y hablaba. Estaba haciendo sus pasantías de medicina en el pueblo. Conocía a Marcia del hospital y ella lo invitó para que hiciese ambiente en el pueblo. Se animó a ir porque le dijo que yo iría. Eso me sorprendió. Yo sólo recordaba haberlo visto una vez.
Me di cuenta que trataba de mantenerme despierta. Me hacía preguntas y me sobaba una mano como si fuese una niñita.
Recordó la comida. Todos la habíamos olvidado. Comimos. Y me besó. Y me volvió a besar. Y le devolví el beso. Y...
Me llevaron al camping en una camilla, luego para ir al hospital el camillero preguntó:
-¿Algún familiar que la acompañe?
-Soy su pareja- anunció Julián subiendo al vehículo. Y sigue siendo mi pareja. Y el padre de nuestros hijos. Los dos primeros fueron gemelos y concebidos en el lecho nupcial, a la orilla del arroyuelo.
Definitivamente el camping cambió totalmente mi vida.
♦Publicación original de @mllg
THANK YOU FOR READING AND CURATING MY POST
GRACIAS POR LEER Y CURAR MI PUBLICACIÓN
CLUB12
Thanks for your support, @theclub
Your post has been curated by us! Received 22.00% upvote from @opb. Do consider delegate to us to help support our project and earn 100% of daily rewards!
Do join our discord channel to give us feedback, https://discord.gg/dS6Cfn
* Please note that the curation was carried out by experimental bot, based on the criteria : 1. Not plagiarised, 2. Post > 5min, 3. Author reputation > 25, 4. higher upvote for monthly subscriberDo upvote this commment if you 💚 our service :)
Thanks a lot for your support
@mllg Muy bueno y atrapa te, me ha encantado.
Gracias por la valoración y apoyo, @jhelbich
Gracias a ti por el aporte y la respuesta. Saludos.