Tarde se hacía, no lo niego,
suelo ser puntual como un relojero.
Pero en esta ocasión me ganó el sueño,
la reunión pautada a las doce estaba,
pero eran las once y yo seguía en mi cama.
Rápido me visto y salgo corriendo,
casi olvido llevar el tapabocas puesto.
Aún podía llegar a tiempo al lugar,
mas no contaba con que me iba a demorar.
Carros y personas atrasan mi transporte,
llegué a la plaza con poco tiempo que sobre.
Bajo del vehículo y miro el reloj,
veinte minutos para completar mi misión.
Emprendo el camino pues debo caminar,
de la plaza al lugar pocos minutos deben pasar.
Un pequeño paquete debo entregar,
una simple carta sin mucho más.
Sencilla era, pero muy importante,
pues estaba firmada por alguien muy relevante.
Pero un pensamiento pasa por mi mente,
llegó a mi todo de repente.
Una carta en una carpeta iba a entregar,
pero se supone que en un sobre debía estar.
Alzo la mirada y veo un local,
tal vez allí algo pueda encontrar.
Una pequeña bodega de diversos productos,
galletas, dulces y artículos de hogar.
Cuadernos y lápices se podían comprar,
por eso un sobre no sería difícil de encontrar.
Saludé al vendedor y pregunté por el sobre,
sonriendo me dijo que pocos quedaban.
Aliviado estaba pues mi tiempo era pobre,
indicó que me lo entregaba después de que a la chica yo le pagara.
Rápido volteo y una sorpresa aguardaba,
pues la cajera desde hace rato me miraba.
No porque esperaba que algo comprara,
era porque me conocía y la risa contenía.
Mi buena amiga Selenna a quien hace mucho no veía.
ella fue la cajera que me atendió aquel día.
Mi sorpresa se notaba pues no me lo esperaba,
ella solo dijo que desde hace un par de meses ahí trabajaba.
Varias veces habíamos intentado reunirnos,
pero simplemente se nos hizo esquivo.
Vaya mire usted que casualidad,
cuando menos lo esperaba la vine a encontrar.
Lástima que fue muy rápido nuestro pequeño reencuentro,
pues queríamos conversar y compartir de nuevo.
Ella trabajaba y yo tarde estaba,
por eso un pequeño saludo fue lo que nos dejó ese momento.
Me hubiese gustado con ella un rato compartir,
sin embargo, diez minutos me quedaban a mí.
El muchacho trajo el sobre y me lo entregó,
mientras yo conversaba con Selenna, ella realizó mi transacción.
Todo pasó muy rápido y no había tiempo para hablar,
pero ella acotó, que sería buena una foto para la ocasión recordar.
Me despido con un gesto de adiós,
pidiéndole que nuestro próximo encuentro sea pronto por favor.
Ella sonrió y solo respondió:
“Improvisado es bueno, pero planeado sería mejor”.
Salgo de la tienda y veo el reloj,
creo que tendré tiempo de llegar a mi reunión.
Las fotos fueron tomadas con el teléfono Motorola E5 Play.
Me encantó. Gracias por compartir.
Gracias por tu comentario. Saludos!