Lazos
Los adioses
lloran nuestro nombre,
mientras las clepsidras
se detienen para unir
nuestros lazos;
pero ignoran que el tiempo
nos desunió mucho antes
de que llegásemos
a enamorarnos.
Y aquí, en la oscuridad
de mis sórdida memorias,
me pregunto: ¿alguna vez
fue posible separar algo
que nunca llego a ser?...


