Cordón de tres dobleces
Siempre supe que mi idilio de felicidad, que mi sueño de amor se cumpliría. Cuando escribía el prospecto de quien sería mi amor ideal, no me detenía a pensar en características meramente físicas. Mi forma de concebir la vida me impide creer que esto sea lo más importante de un ser humano, y más, para quien se convertiría en mi amor eterno.
Más, lo que sin duda estuvo en mis requisitos para esa persona idónea es que cultivara su pasión por el servicio a los necesitados. Un hombre conforme al corazón de Dios. ¡Vaya requerimiento! Eso estuvo en mi corazón, y yo sabía que Dios tenía preparado para mí al hombre que me haría feliz.Aquí estamos él y yo, antes de conocernos:
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Cuando más involucrada en el servicio a Dios y la comunidad de fe en la que estaba, nuestros caminos estaban por unirse. Fran,y yo, somos amantes de la música, de la enseñanza cristiana, de mi patria Venezuela, en fin, muchos eran los cauces que nos llevarían al mismo mar, a converger, a disfrutar, a aprender, a amar.
La música nos hizo la invitación a conocernos. Recuerdo, cual si fuera ayer, que la melodía que sonaba a través del viento recio del estado Lara, se trataba del vals Nº 3 "Natalia". Nombre que dos años más tarde le colocaríamos a nuestra primera hija. Era mi amado; interpretaba como los ángeles esta pieza inolvidable, del autor venezolano "Antonio Lauro". Y yo, rezagada para poder oír sin ser descubierta, me deleitaba en la música que de él venía, y disfrutaba del paisaje sanareño, y de la estirpe de varón que se dibujaba entre la neblina del bello Parque "El Blanquito". Allí nos encontrábamos en una excursión unida, de su iglesia y la mía. ¡Cosas de Dios!
Parque Nacional Yacambu
Nuestro noviazgo
Iniciamos nuestro romance, noviazgo, compromiso, todo junto. Un 17 de noviembre de 2007. Fue un día lleno de sentimientos encontrados. Temblamos, sudamos, nos dijimos de todo un poco, callamos mucho también. Por ejemplo, yo, le dije todo lo conveniente. Y le oculté todo lo que hasta el momento me parecía vergonzoso; como que andaba con él a escondidas de mi madre, quien odiaba a todo aquel que se me acercaba. Ser su novia se convirtió en todo un desafío. Como dice la canción de Shakira:
me enseñaste a decir mentiras piadosas,
para poder verte a horas no adecuadas
y a reemplazar palabras por miradas..."
Pero, lo disculparé, porque este es un post público; en realidad todos los inventos y cosas locas de nuestro noviazgo los fragüé yo. Y también, fui yo quien en un día muy decisivo hablé con mi mamá y rompí este misterio; desde allí toda la alegría fue completada. Fue un noviazgo hermoso, de verdad. Estos tórtolos somos nosotros a los 6 meses de noviazgo.
Nuestro día a día
Yo viajaba cada lunes desde Barquisimeto hasta la ciudad de los Teques, estado Miranda, porque me encontraba cursando mi pregrado en Teología. Era agonizante separarme de él durante estos 5 días. Los fines de semana eran muy cortos. Trabajabamos muy duro en nuestros servicios de iglesia, y los ratos que disponíamos para nosotros eran muy bien aprovechados. Fran y yo, supimos vivir un noviazgo a plenitud.
En esta fotografía, salimos en un paseo al caserío "Cubiro" estado Lara, con los jóvenes de las iglesias en donde servíamos. Nosotros estamos al lado izquierdo de la toma.
Cubiro estado Lara
Nuestra Boda
Un día, me citó en el Parque "El Cardenalito" para pasear al aire libre. A él no le gustaba mucho esta práctica. Pero yo amo la naturaleza, y él lo sabía muy bien. Fue, un crepúsculo larense el que ambientó aquel bello instante en que Fran, anillo solitario en mano, me pidió matrimonio. Esto me derritió y cimentó aún más el amor que había comenzado a crecer entre ambos.
¡Señores, habrá boda! Todos se enteraron de inmediato. Hablé con mi mamá esa misma noche; ella de la emoción tuvo un gesto de verdad inesperado. Me obsequió el que había sido su vestido de novia. Y sí, decidí honrarla hasta en este asunto, de verdad ese traje era hermoso enseguida les muestro algunas tomas del que fue el día soñado de mi vida. ¡Nuestra Boda!
Nuestro amor ha sido un constante conocernos, descubrirnos hasta los tuétanos. Amar apasionadamente. Fomentamos nuestra fe juntos. Y sabemos que Dios, quien nos unió, forma parte, indiscutible, de nuestra unión. Por eso, no somos dos, si no tres los dobleces que formamos este cordón. Somos resistentes, no en nuestras fuerzas. La verdad, como todos los matrimonios del mundo: discutimos, nos alegramos; lloramos, reímos; vivimos y renovamos nuestros votos de nupcias cada vez que entendemos que esta unión es un testimonio para nosotros mismos, nuestra familia, nuestra iglesia, y al mundo que nos observa.
"El matrimonio llega ser la experiencia más bella que se pueda vivir, si se hace bien".
Fuente
Me encanta haber podido compartirles esta historia, abrirles mi corazón para dejarles saber lo feliz que me encuentro con mi amado esposo. Sin duda, celebro el amor a diario con él y mis niñas (de ellas les contaré en otra entrega).
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Yrma
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