The golden cat || El Gato Dorado [ENG/ESP]

in Proof of Brain2 days ago
Authored by @Ppics

Good morning everyone, today I'm going to talk to you about my friend's golden cat. My friend Laura had always dreamed of having a special cat, one that would not only fill her home with joy, but would also be a true companion. One day, while walking through the local market, she found a small kitten with bright golden fur that looked like something out of a fairy tale. Without thinking twice, he adopted him and named him Sol.

Sol soon became the king of the department. Although the space was not large, Laura was in charge of transforming it into a feline paradise. She installed shelves at different heights so Sol could climb, bought a water fountain that made a soft soothing noise, and filled every corner with toys and soft beds. But what the golden cat loved most was the balcony. Laura had protected it with mesh and decorated it with aromatic plants and sunny cushions, a perfect place for Sol to lie down and sunbathe, like the little king he was.

Every morning, Laura and Sol shared a special moment. While Laura drank her coffee by the window, Sol snuggled up next to her, purring happily. In the afternoons, the cat followed the rhythm of life in the apartment, watching the birds through the glass or chasing the reflection of light that came in at dusk.

One night, while Laura was reading in her favorite chair, she looked at Sol, who was fast asleep in his bed by the window. Their little life in the apartment might seem simple, but it was full of love, laughter and complicity. And in that moment, Laura knew that she had made the golden kitten she once found at the market happy.

Thus, my friend's golden cat lives happily in the apartment, reminding us that happiness does not depend on the size of the place, but on the love that fills it.

Buen día para todos, hoy les quiero hablar del gato dorado de mi amiga.
Mi amiga Laura siempre había soñado con tener un gato especial, uno que no solo llenara su hogar de alegría, sino que también fuera un verdadero compañero. Un día, mientras paseaba por el mercado local, encontró a un pequeño gatito de pelaje dorado brillante que parecía salido de un cuento de hadas. Sin pensarlo dos veces, lo adoptó y lo llamó Sol.

Sol pronto se convirtió en el rey del departamento. Aunque el espacio no era grande, Laura se encargó de transformarlo en un paraíso felino. Instaló estanterías a diferentes alturas para que Sol pudiera trepar, compró una fuente de agua que hacía un suave ruido relajante, y llenó cada rincón con juguetes y camas mullidas. Pero lo que más amaba el gato dorado era el balcón. Laura lo había protegido con malla y lo decoró con plantas aromáticas y cojines soleados, un lugar perfecto para que Sol se tumbara a tomar el sol, como el pequeño rey que era.

Cada mañana, Laura y Sol compartían un momento especial. Mientras Laura tomaba su café junto a la ventana, Sol se acurrucaba a su lado, ronroneando de felicidad. Por las tardes, el gato seguía el ritmo de la vida en el departamento, observando a los pájaros a través del cristal o persiguiendo el reflejo de luz que entraba al atardecer.

Una noche, mientras Laura leía en su sillón favorito, miró a Sol, que estaba profundamente dormido en su cama junto a la ventana. Su pequeña vida en el departamento podía parecer sencilla, pero estaba llena de amor, risas y complicidad. Y en ese momento, Laura supo que había hecho feliz al gatito dorado que una vez encontró en el mercado.

Así, el gato dorado de mi amiga vive feliz en el departamento, recordándonos que la felicidad no depende del tamaño del lugar, sino del amor que lo llena.