Hello fellow hivers! The name of this wonderful blockchain inspired the theme of my walk: beehives in urban environments and their surroundings. That’s why I decided to take a tour of some of the known beehives in the town where I live, Cumanayagua.
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The first stop is a tree trunk in front of a small shop, where a beehive is thriving, likely one that escaped from a beekeeper. These are what we in Cuba call "Spanish bees" (Apis mellifera), which, as the name suggests, were introduced from Europe for their high productivity and resilience.
Contrary to common belief, they aren’t much of a nuisance to the shop’s employees or customers, as the daily foot traffic has made the insects "used" to remain indifferent. Following this logic, hives in less frequented areas might be more aggressive.
As for the tree, which name I don't know, it’s one of three conifers planted in front of the shop.
Wild hives of domestic bees—whether European or Spanish, depending on the common name you prefer—are not uncommon in Cumanayagua, an area known for its honey production.
At first glance, we can see that while they are likely individuals of the same species, they come from different hives: there are noticeable differences in the intensity of their colors. Their size is hard to capture in photos, but the darker ones were slightly larger.
The next stop is at a friend’s house, he keeps a couple of native beehives (Melipona beecheii). These belong to the Melipona genus: stingless bees. As you can see, the hives are kept inside the house.
These bees are smaller, with more subdued colors, and travel about three kilometers from the hive. The differences even extend to how they store honey: while European bees create hexagonal honeycombs, the native bees use wax "pouches" that they pile up without any recognizable pattern.
These bees are much less aggressive by nature, but just because they lack a stinger doesn’t mean they’re defenseless—they can bite if necessary, though they generally ignore us very effectively.
This image gives us some perspective on their size and rather shy behavior.
Bees rely on flower nectar, which is abundant in this case, as it’s an agricultural town with no shortage of flowering plants both in the center and the surrounding areas.
Later in the afternoon, I went for a walk around the outskirts of the town, looking for hives that beekeepers usually place in the mango fields nearby, but I had no luck. Here is a photo of a small tarantula i came across on a sandy path.
And this is the river i crossed as i went and came back, though both photos were taken the first time i crossed the small bridge.
By the time I decided to head back without finding any more hives, it was later than I had planned.
What’s interesting about this walk is how bees have managed to adapt and thrive in the landscape of the town. They are an indicator of environmental health, and that makes this "urban landscape with bees" all the more satisfying. I sincerely hope we can continue to see bees in the towns of the future.
VERSIÓN EN ESPAÑOL
¡Hola hivers! El nombre de este maravilloso blockchain me sugirió el tema de la caminata: las colmenas de abejas en el ambiente urbano y sus alrededores. Por ello pensé en hacer un recorrido por algunas de las colmenas que existen en el pueblo donde vivo, Cumanayagua.
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La primera parada es el tronco de un árbol frente a un pequeño comercio, donde prospera una colmena que probablemente escapó de algún apicultor. Se trata de las que en Cuba llamamos "abejas españolas" (Apis mellifera), que como su nombre indica fueron introducidas desde europa por su alta productividad y resiliencia.
Contrario a la creencia común, estas no son una gran molestia para trabajadores o clientes del local, pues el tráfico diario de personas “acostumbra” a los insectos a la indiferencia. Siguiendo ese razonamiento, colmenas en lugares menos frecuentados pueden ser más agresivas.
En cuanto al árbol, cuyo nombre desconozco, se trata de una de las tres coníferas plantadas frente al comercio. Probablemente se trate de una araucaria.
Las colmenas asilvestradas de abejas domésticas, europeas o españolas según el nombre común de nuestra preferencia, no son raras en Cumanayagua, zona de gran producción melífera.
A simple vista podemos notar que si bien probablemente se trate de individuos de la misma especie provienen de colmenas diferentes: hay diferencias notables en la intensidad de los colores. El tamaño escapa al lente, pero las más oscuras eran un poco más grandes.
La siguiente parada es en casa de un amigo que posee un par de colmenas de abejas "de la tierra" (Melipona beecheii). Estas pertenecen al género Melipona: las abejas sin aguijón. Como pueden ver, las colmenas se encuentran dentro de la casa.
Estas abejas son más pequeñas, de colores más discretos, y viajan alrededor de tres kilómetros desde la colmena. Las diferencias llegan incluso a la forma de almacenar la miel, pues mientras las europeas crean panales con estructura de celdas hexagonales, las de la tierra utilizan una especie de bolsas de cera que amontonan sin orden reconocible.
Estas abejas son mucho menos agresivas por naturaleza, pero no por carecer de aguijón están indefensas y pueden morder llegado el momento, aunque generalmente nos ignoran con gran eficacia.
Esta imagen nos brinda un poco de perspectiva en cuanto a su tamaño y comportamiento más bien tímido.
El sostén de las abejas es el néctar de las flores, que abunda en este caso, pues se trata de un pueblo de tradición agrícola, sin carencia de plantas en flor tanto en el centro como en los alrededores
Bien entrada la tarde salí a caminar por los alrededores del pueblo, buscando colmenas que los apicultores suelen colocar en los campos de mango de los alrededores pero sin suerte, aquí les dejo la imagen de una pequeña tarantula que encontré en un camino arenoso.
Este es el río que crucé en la ida y al regreso, aunque ambas fotos fueron tomadas la primera vez desde el puente.
Para cuándo decidí regresar sin haber encontrado más colmenas, ya era más tarde de lo previsto.
Lo interesante de este recorrido es cómo las abejas lograron adaptarse y prosperar en el paisaje del pueblo. Ellas son un medidor de la salud medioambiental, lo que hace mas satisfactorio este “paisaje urbano con abejas”. Espero sinceramente que podamos seguir viendo abejas en los pueblos del futuro.
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Interesante, muy curioso tu post, dedicado a esos animalitos tan laboriosos con los que nos identificamos en esta gran colmena. Éxitos para ti