I have a cell phone full of photos that I don't delete or look at. Besides that, I have the computer and an external disk equally loaded with photos and more photos. Of all kinds; personal, meaningless, artistic, of details, of half-done works, of my work, of my students, selfies with my cat Roma, of little, medium and big flowers An infinite cataract of them. I always say that it's my analog part of my brain that can't (won't) erase these images. There is a difficulty to release those frozen instants that no longer makes sense to keep. But we still do it. Analogical I mean when everyday photographs were taken with film, and had to be taken to be developed once they were finished. Wait for a while, and then take them back to find who knows what. Each photo was taken more carefully and was going to remain among our things for an indeterminate time... I was lucky to live part of that past. I belong to the generation that saw the before and after of these everyday things. The before and after of the cell phone too. Of the MSN, of the mails, of whatsapp.
A senseless accumulation that at the time of organizing it (if that moment ever comes), we only manage to organize a thousandth part of it, to end up getting bored, closing all the windows with folders we have created, and forgetting about it until a new digital cleaning attack.
Among those thousands of photos there are treasures too. I made these drawings in a notebook that an old boyfriend had given me. In it he transcribed by hand some short poems by Alejandra Pizarnik and illustrated them with some drawings that I no longer remember. And he left blank pages for me to continue drawing them....
I didn't use many sheets. In the strong heart break I had I gave him back everything I had from him, including this notebook. But I had scanned these images. How nostalgic, I think it was around 2009. A pity I didn't also scan his drawings, his handwriting. A pity to have given him back, scorned, that notebook.
- Tengo el celular lleno de fotos que no borro ni miro. Además de ahí, tengo la computadora y un disco externo igualmente cargados de fotos y más fotos y más fotos. De todo tipo; personales, sin sentido, artísticas, de detalles, de trabajos a medio hacer, de mi trabajo, de mis alumnos, selfies con mi gata Roma... Una catarata infinita de ellas. Siempre digo que es mi parte analógica del cerebro la que no puede (no quiere) borrar estas imágenes. Hay una dificultad para soltar esos instantes congelados que ya no tiene sentido mantener. Pero así y todo lo hacemos. Analógica me refiero a cuando las fotografías del día a día eran sacadas con rollo, y debían llevarse a revelar una vez terminado. Esperar un tiempo, y luego pasar a retirarlas para encontrarse vaya uno a saber con qué cosa. Cada foto era tomada con mayor detenimiento e iba a permanecer entre nuestras cosas por tiempo indeterminado… Tuve la suerte de vivir parte de ese pasado. Soy de la generación que vio el antes y el después de estas cosas tan cotidianas. El antes y el después del celular también. Del MSN, de los mails, del whatsapp.
Una acumulación sin sentido que a la hora de organizarlo (si es que alguna vez llega ese momento), solo llegamos a ordenar una milésima parte, para terminar aburriéndonos, cerrando todas las ventanas con carpetas que hemos creado, y olvidándonos del asunto hasta un nuevo ataque de limpieza digital.
Entre esas miles de fotos hay tesoros también. Estos dibujos los realicé en un cuaderno que un antiguo novio me había regalado. En él me transcribió a mano unos poemas cortos de Alejandra Pizarnik y los ilustró con algunos dibujos que ya no recuerdo. Y dejó hojas en blanco para que yo los siga dibujando…
No usé muchas hojas. En el rompimiento fuerte de corazón que tuve le devolví todo lo que me tenía de él, incluido este cuaderno. Pero había escaneado estas imágenes. Qué nostalgia, creo que fue alrededor de 2010. Una pena que no haya escaneado también sus dibujos, su letra. Una pena haberle devuelto, despechada, ese cuaderno.
Fortunately, you have kept these scans! 2009? That's already a bit of history:)
I haven't heard about Alejandra Pizarnik, that is some interesting work!
Alejandra Pizarnik was an Argentine poet. I recommend her to you :) . I guess there must be translations of her work.
And yes, the truth is that seeing things in retrospect, when we are older, is super interesting, and melancholic :)
I will check it out, that, for sure!
We do, we get sentimental and stuff sometimes:)
Sonia,
Podés creer que lloré! La puta...
Cuan afortunadas hemos sido de vivir en esas épocas. Una locura...
Una locura lo que cambió en tan poco tiempo. Y afortunadas de haberlo vivido realmente.
La vida vuela
Great concept idea, the artwork looks amazing!
Thank you, sitting down to write here brings a lot of ideas down to earth. An exercise I don't think I've ever done, at least at this level.