Guillermo era un joven apuesto y fuerte cuyas tardes transcurrían en la plaza con sus amistades o viviendo de a tope con el ejercicio.
Vivir en ese pequeño pueblo nunca lo había limitado, tenia grandes aspiraciones, pero siempre vivía este gran futuro solo en visiones nocturnas antes de dormir.
Su madre Joaquina, una mujer robusta y de facciones fuertes siempre le repetía que de ilusiones no se vivía y que debía buscar nueva compañía. Sin embargo, Guillermo no escuchaba nada, vivía consternado en sus propias fantasías.
Entre sus amigos les toco aprender este nuevo idioma con el que Guillermo se expresaba de la mas pequeñas cosas, y aunque a todos les costaba entender lo que decía, a el solo le importaba quien llegaría a ser algún día.
Y fue pasando el tiempo de estación en estación, y a Guillermo le conocían como el loco del Español, entre carreras y ejercicios, vivía como en un circo, y con sus extrañas palabras, la vida feliz pasaba.
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