Reconozco quién soy luego de haber escuchado durante tantos años mi nombre; no soy una simple niña, finalmente alguien me ha nombrado.
Nos volvemos lo que somos en el momento en el que un nombre nos da una característica especial. Se que estoy triste, pero solo porque esa sensación extraña y de vacío tiene un nombre, y si se convierte en una sensación de vacío mucho mas amplia, puedo llamarla desasosiego o que me siento apesadumbrado.
Cuando pienso en la cualidad del nombre, más que volverlo un sustantivo, lo convierto en un verbo; el nombre tiene más acción creadora en si misma, que acción o creencia de existencia. Cuando me dices "niña" soy algo más dentro del montón que nos rodea, pero si me dices "Mi niña seguido de un nombre" mi idea de existir cambia y me vuelvo algo individual y único; los coreanos nombran a sus hijos desde las primeras semanas de gestación, ya allí están aceptando la creación y la existencia de un ser individual dentro de un todo.
Cuando pienso en la importancia de tener un nombre que nos identifique, lo encuentro como una forma de crear y afrontar nuestra realidad porque, que es bastante bueno repetir ideas, dándole nombre a las cosas las puedo reconocer y entender su "origen de creación". Ya no somos más una mera cosa que deambula por allí, ahora sabemos reconocernos y ver cómo somos y qué somos.
Me regreso a lo que pensé alguna vez viendo Call Me By Your Name, Ellio y Oliver llamándose por el nombre del otro crea un momento de propiedad intima, se reconoce como "de ellos" y al mismo tiempo dan inicio a la creación de un sentimiento y una idea que va más allá del mero hecho de ser... "Llámame por tu nombre y yo te llamare por el mío..." Esta idea es reconocer la existencia de una pequeña parte de nosotros dentro de alguien más, dentro de alguien que se nos hace ligeramente desconocido y lejano, hasta que le damos ese nombre que los hace parecer nuestro por un momento.
De la importancia de ser nombrado no sé realmente la gran cosa, pero estoy segura de entender en las palabras bíblicas "primero fue el verbo", que sin la acción creadora de la palabra, estaríamos en la deriva del mar profundo de confusiones y enredos sobre lo que somos, lo que sentimos y lo que podemos llegar a crear.
Me han llamado por mi nombre y finalmente he encontrado el camino para descubrirme y para crearme.
¡Hola a todos! Bueno, aquí les dejo un poco más de Duende, aunque puede que esta vez sea la intervención de la musa. Como suele ser, el texto es meramente de mi propiedad simples ideas que anda revoloteando por mi cerebro. But, en esta ocasión, decidí extraer una imagen de la web para acompañarlo.
Saludos desde el mundo de la creación