Como pétalo marchito poco a poco caigo, caigo desesperada en un vacío sin fin que me acongoja el alma. La textura de tus manos no se siente, mi sostén, mi fuerza, solo queda el llanto.
Busco sin parar una luz, una señal, pero la desesperación recorre cada porción de mi ser y tiemblo al caminar. Ya no sé hacerlo sola, siempre te tuve para sostener mis pasos.
Sin embargo, al salir sonrío, una risa a medias para lucir la copa, hipocresia y autoreclamo se visten de amigos, no hay lugar para ahogar las penas, una calle, un camino, un bar, la nada.
Camino pero solo existo, respiro pero no vivo,
hablo pero no pienso, mucho añoro y poco olvido.