Divagaciones

Buenos días.

Un viaje inicia con la idea del destino elegido.
La partida espera el momento, como los navegantes esperan por la marea propicia, cuando los pertrechos, equipajes y pasajeros han abordado la nave.
Dos horas de anticipación en el aeropuerto, para dar cumplimiento a burocracia y seguridad. No se mueve el aparato hasta que todos sentados y amarrados a los asientos, anuncia el piloto, la duración prevista, la altitud de crucero y destino. Entonces la torre da su permiso para carretear hasta la pista designada y acelerando, se eleva en el aire y el corazón se arruga y las manos aprietan los brazos de los asientos, mientras los estómagos alucinan mariposas.

Anticipar un suceso genera cierta ansiedad, aunque sea un deseo y su cumplimiento, un éxtasis, satisfacción por el cumplimiento del deseo ya satisfecho.
Disfrutar cada momento del proceso genera un gozo pacífico durante todo el proceso, la seguridad de alcanzar el fin nos libra del sufrimiento o la pena.
Solo queda el gusto amargo del adiós anticipado. Imposible llevarse a todos y todo, mucho se deja atrás, no hay otra manera.
Elegir que poner en una maleta, decidir entre todo, lo que no cabe y a la fuerza toca dejar. El ser no ocupa lugar y se lleva puesto sin querer, lo demás, aquello que nos dé comodidad, de las cosas, la verdad es que bien pocas merecen la pena de ser cargadas.

Desapego por lo material, ligero de equipaje viajar. Solo importa la compañía y a donde llegar o volver. El Hogar.

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Traveling for mental health is something that very few people can do, perhaps the most recurring limitation is economic, all of which implies that we must make efforts to go on a trip.

Actually, more than for mental health. For the emotional