Soñar no cuesta, y quién sabe, si soñando tejemos la realidad.
Una realidad más luminosa.
Hoy tuve una jornada provechosa. Siete horas, salvo lo que me tomo comer, haciendo el jabón 1005 y dicen que no hay quinto malo. Y mientras el jabón se hacía, llegaron como si los trajera el viento, los versos, si lo son, aunque solo sea mi presunción.
Un abrazo fuerte @enraizar, ya voy a Madrid, a la de tu publicación.