Nos gustan las cosas buenas, como la comida rica y de calidad, la ropa duradera y hermosa. Los amigos buenos también son apreciados, y siempre buscamos la perfección en todo lo posible.
Por eso, es interesante lo que traigo hoy. Encontré este relato, que es una declaración muy simple: si no tienes nada que ver conmigo, ¿por qué andas hablando de mí? Dios parece ser tan universal y pertenecer a todos, lo que permite que se diga cualquier cosa sobre Él.
Pero imaginemos que una empresa utiliza mis ideas para ganar dinero y coloca mi nombre en las etiquetas, sin darme ninguna ganancia. Eso sería algo espantoso. O que haya un grupo de delincuentes en la esquina diciendo que conmigo fueron a robar a los viejitos, utilizando mi nombre para implicarme en sus crímenes. Estas cosas parecen muy sencillas de pensar y decir, y no querría algo así.
El texto de hoy expresa esa idea: Dios no quiere que aquellos que no son rectos y fieles a su palabra hablen de Él. No es porque sea Dios, que cualquiera puede hablar de Él. Mi vida debe estar en sintonía con Dios, o de lo contrario podríamos avergonzarlo. Observen este fragmento de la Biblia para comprender mejor
Salmos 50:16-23
Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que enarrar mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca,
Pues que tú aborreces el castigo, Y echas á tu espalda mis palabras?Si veías al ladrón, tú corrías con él; Y con los adúlteros era tu parte.
Tu boca metías en mal, Y tu lengua componía engaño.
Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano: Contra el hijo de tu madre ponías infamia.
Estas cosas hiciste, y yo he callado: Pensabas que de cierto sería yo como tú: Yo te argüiré, y pondré las delante de tus ojos.
Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios; No sea que arrebate, sin que nadie libre.
El que sacrifica alabanza me honrará: Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salud de Dios.
Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que enarrar mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca,
Pues que tú aborreces el castigo, Y echas á tu espalda mis palabras?
Si veías al ladrón, tú corrías con él; Y con los adúlteros era tu parte.
Tu boca metías en mal, Y tu lengua componía engaño.
Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano: Contra el hijo de tu madre ponías infamia.
Estas cosas hiciste, y yo he callado: Pensabas que de cierto sería yo como tú: Yo te argüiré, y pondré las delante de tus ojos.
²² Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios; No sea que arrebate, sin que nadie libre.
²³ El que sacrifica alabanza me honrará: Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salud de Dios.
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Por eso, alguien que viene a hablar de Dios debe tener el Espíritu .
Es muy simple: son los frutos por los que me esfuerzo en tener: amor, paz, felicidad, bondad, fe, lealtad, cariño y fidelidad. Cuando tengo el Espíritu de dios, me resulta un poco más fácil ser así, porque el Espíritu se aleja de la gente que no anda de esta manera.
Por eso, ten cuidado con aquellos que dicen que andan con Dios, porque se les reconocerá por sus buenas acciones.
Estos son los texto que
medite hot¡y espero les
guste y disfruten de lo
que es conocer a dios
cada dia un poquito mas
- Miremos arriba que el siempre esta ahi para nosotros
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