Mis manos inquietas y mi mirada sombría,
contemplando esa lejanía tan extensa,
donde en un cerrar y abrir de ojos ,
dejamos que sin pensar,
naufragara aquello que pensé sería único,
hundiéndose en el fondo de un remolino turbio,
sueños, esperanzas e ilusiones,
perdidas ya y sin control,
sin recuperar ni volver a ensamblar,
lo que una vez tuvo falta de lealtad.
Encontrándome sin retorno ,
en lo profundo de mi soledad ,
las nubes grises veo pasar ya ,
con calamidades y un despojo,
Contengo mis enojos ,
y estas ganas de llorar ,
contemplando el final,
de lo que una vez llamé tesoro,
un anhelo y un sollozo de un te amo que no llegó,
un amor que no se defendió,
por posar en otros ojos ,
decisiones establecidas,
y con la triste melodía,
Te esperé hasta quedar vacia,
A que llegaras como un guardián,
Y luchar por esto con valentia ,
pero ahora me toca estar ,
sola con mi compañía...