¿Cuánto necesitas para ser feliz?
Quizá, simplemente, un ratito a la sombra,
un poquito de arena ensuciando tus dedos,
el sonido calmado de las calidas olas,
y la brisa salada revolviendote el pelo.
Quizá solo el milagro del azul de las aguas,
la palmera inclinada reverencia los cielos;
la mirada de un niño que descubre la playa,
que construye un castillo con arena en el suelo.
Y después cuando el sol se despida en silencio,
con su gran explosión de naranjas de ocaso,
dale al mar el dolor que se pega en tus huesos,
y te llevas la paz de su cálido abrazo.
Hace unos días mi esposo y yo nos escapamos a la playa. Nada complicado o costoso, una botellita de agua, un desayuno hecho en casa y solamente con el dinero del pasaje nos fuimos a pasear.
Durante el paseo estaba reflexionando sobre el hecho de que casi no vamos a la playa teniendola tan cercas, ¿Por qué será que nos olvidamos de las maravillas que tenemos al alcance de la mano y las dejamos casi que exclusivas para los turistas?
Recuerdo una vez cuando yo era adolescente, mi prima vino de Caracas a pasar las vacaciones y siempre que venía nos la pasábamos metidas en la playa. Esa vez yo le conté que no había ido a la playa desde su última visita y esa visita ya tenía más de dos años, ella no se lo podía creer. Me dijo: "si yo viviera en Cumaná vendría a la playa todos los fines de semana y estaría siempre muy bronceada".
Para mí y para mí esposo esta playa es muy especial porque es el lugar en el que empezó nuestra relación y es en donde nos vimos en persona por primera vez. Se puede decir que es nuestro lugar.
Y así después de unas horas disfrutando de la paz (porque fuimos temprano antes de que se llenará de gente), la brisa y mar; nos regresamos a casa recargados de muy buenas energías y dejando atrás el estrés y las preocupaciones.
Espero que hayan disfrutado del ejercicio poético que nació de este paseo, además de acompañarnos a través de las fotos tomadas durante el paseo.
Todas las fotos son de mi autoría tomadas con teléfono Redmi 9A.
How much do you need to be happy?
Maybe just a little while in the shade,
a little bit of sand dirtying your fingers,
the calm sound of the warm waves,
and the salty breeze ruffling your hair.
_Maybe just the miracle of the blue waters,
the inclined palm tree reveres the heavens;
the look of a child who discovers the beach,
that he builds a castle with sand on the ground. _
And then when the sun says goodbye in silence,
with its great explosion of sunset oranges,
Give the sea the pain that sticks in your bones,
and you take the peace of his warm embrace.
A few days ago my husband and I escaped to the beach. Nothing complicated or expensive, a small bottle of water, a homemade breakfast and only with the ticket money we went for a walk.
During the walk I was reflecting on the fact that we hardly go to the beach when it is so close. Why do we forget about the wonders that we have at our fingertips and leave them almost exclusively for tourists?
I remember one time when I was a teenager, my cousin came from Caracas to spend the holidays and whenever she came we would spend time on the beach. That time I told her that she had not been to the beach since her last visit and that visit was already more than two years old, she couldn't believe it. She told me: "if I lived in Cumaná I would come to the beach every weekend and I would always be very tanned."
For me and my husband, this beach is very special because it is the place where our relationship began and it is where we saw each other in person for the first time. You can say that it is our place.
And so after a few hours enjoying the peace (because we went early before it got crowded), the breeze and sea; We returned home recharged with very good energy and leaving stress and worries behind.
I hope you have enjoyed the poetic exercise that was born from this walk, in addition to accompanying us through the photos taken during the walk.
All photos are my own, taken with Redmi 9A phone.
Bonita playa. Me encantó el poema. En ocasiones no necesitamos mucho para salir de paseo con un ser querido.
Hace poco salí con mi nieto, lo llevé al museo y a comer. No tenía dinero pero en mi wallet descansaban unos hbd, por lo que hice uso de ellos en uno de los comercios aliados al proyecto de Criptoadopción. Me sentí satisfecha de compartir con mi nietecito.
Saludos bella 💐🌺🌹🌻