Cuando sucede de manera genuina y sin “obligaciones” creo que son las mejores reuniones. Por ejemplo: El otro día me encuentro a mi hermano que vive a dos casas de la mía y paradógicamente, casi nunca lo veo. Me dice, vamos por unos mates y mientras compartíamos me dice, llama a Zuni y a los chicos, para cenar junto. Y así fue… como sucedió algo mágico y espontáneo.
Creo fundamental estas reuniones familiares y ojalá nunca se pierdan.
Saludos, amiga.